Suenan las trompetas de la Guerra

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Akutagawa fue a contestar mientras Atsushi se ponía a hacer el desayuno,— Iremos enseguida Boss—dijo el mafioso antes de colgar. Era el final de la rutina,— Deja todo compramos algo en el camino parece ser que es momento de movernos—explico antes de intentar irse pero Nakajima lo detuvo,— ¿Natsu-chan me puedes hacer un favor?—pregunto amablemente el detective a lo que la pequeña asintió,— Puedes irte adelantando a cambiarte tengo que hablar con tu papá—la pequeña Natsuko asintió antes de irse a su cuarto o por lo menos eso parecía ya que se quedó cerca del pasillo pero oculta tras una pared haciendo parecer que se había ido, necesitaba saber de qué iban a hablar.


***

Durante los primeros segundos todo fue silencio solo es escuchaba el respirar intranquilo de ambos hombres,— Akutagawa—llamo con desconfianza el menor inseguro sobre lo que debía decir pero ya entendía más o menos lo que pasaba y debía hablar quedarse cayado era inútil,— Yo... Quisiera—el detective sonaba nervioso y sin ser capaz de concretar una idea con claridad pero el mafioso ya tenía una idea sobre que decir debía destrozar todo lo que esas dos semanas juntos construyeron,— Jinko por favor no te metas en los asuntos de mi familia—fue su única petición y esperaba que eso fuera suficiente para poner distancia pero Atsushi solo miro al suelo,— Sabía que me dirías eso... Sinceramente concuerdo contigo sobre eso, soy un extraño en tu familia—la expresión de Atsushi era tristeza sinceramente le dolía lo que le dijo Akutagawa pero él se había metido en asuntos que no le correspondían si tan solo supiera lo feliz que hizo al mafioso escuchar defender su familia,— Pero no me arrepiento de haberlo hecho Akutagawa... Sé que tienes miedo, que está situación es demasiado aterradora y estresante pero... Si necesitas algo yo voy a estar para ti—.

— ¿Qué parte de que necesito que no te metas en los asuntos de mi familia no lo entiendes? Soy perfectamente capaz de hacerme cargo de esto y no necesito que una bestia estúpida venga a decirme que...—no terminó de hablar cuando Nakajima lo interrumpió,— Escuché lo que me dijiste el otro día—con esa simple frase todo se volvió silencioso nuevamente hasta que Akutagawa finalmente decidió volver a hablar,— ¿Qué? Yo no sé de qué hablas...—el mayor le daba la espalda al detective mientras Atsushi se sentía por algún motivo más liviano y a la vez más pesado ya que hablar sobre eso con Akutagawa podía sentirse mejor pero se sentía mucho más pesado por el ambiente que se suscitó por lo que dijo pero ya no podía hacerse para atrás así que tomo aire antes de acercarse al mafioso,— Una noche viniste, me pusiste la sábana enzima y me dijiste que me amabas—Akutagawa no sabía que decir mientras tanto la pequeña Natsuko cubría su boca para evitar hacer algún ruido y poder escuchar la conversación,— Estás loco yo jamás hice eso—replico el mafioso aún así ver a Nakajima que estaba cansado de esa situación. Amaba a Ryunosuke, Akutagawa lo amaba a él, que les impedía estar juntos, habían podido contra Fitzgerald, lucharon contra Iván y salieron victoriosos, Kamui* fue un reto y casi mueren peros seguían de pie, decir que había algo a lo que juntos no podrían enfrentarse sería ridículo pero había algo a lo que no podían pero en ese momento Atsushi no lo veía así que ignorante a todo tomo el hombro de Akutagawa le dio la vuelta para mirarlo a los ojos,— ¿Para qué lo niegas?, ¿Qué te asusta? Somos el Shin Soukoku, no hay nada en este mundo a lo que juntos no podamos enfrentar... Te amo y...—Atsushi no termino de hablar cuando fue interrumpido por Akutagawa,— ¿¡¿¡Y YA NO IMPORTA!?!?—grito finalmente molestando más a su compañero,— ¿No importa? Ryunosuke ¿cómo puedes decir eso sobre algo que ambos sentimos y que es hermoso?—.

— No importa Jinko... No importa cuánto te ame, cuanto desee estar contigo, que quiera formar una familia o verte todos los días, nada de eso no importa—esas palabras provocaban una sensación agridulce en ambos, eran lo que tanto habían querido decir y oír pero eran nubladas con esos «ya no importa»,— Soy un asesino de la mafia, tu en detective de la agencia—finalizo el pelinegro pero eso no era el final era el principio de algo mucho más grande,— ¿Y eso que importa? Te amo, amo a tu hija, quiero una vida contigo—pidio Atsushi solo haciendo las cosas más difíciles para el mafioso que ya no sabía cómo hacer entender al detective de que a veces puedes desear algo con todas las ganas del mundo pero simplemente no se dará,— Búscate una vida lejos de mí, olvídate que existo, que me conociste, que te bese, que te ame... Has exactamente lo que hace cada Soukoku siempre hace, solo olvida lo que sientes, ten una vida sin mi—cada palabra sonaba más dolorosa que la anterior,— ¿Te parece que alguno de nuestros antecesores tiene una vida? Todos y cada uno de ellos son infelices porque saben que no pueden estar con la persona que aman. ¡¡Eso no es vida!!—.

Una familia especial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora