El Tordo Sargento

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Vio a su madre sobre la camilla, mientras una blanca tela cubría su cuerpo. Quedó quieta, mientras los brazos protectores la rodeaban, el llanto quemaba en su garganta tan irritada, su cabeza dolía ante más lágrimas que fluían sobre sus mejillas pálidas

Se había ido, ella simplemente se había ido en un parpadeo, y no, no despertaría de aquel sueño. Los brazos protectores se ajustaban aún más, sabía que Kara lloraba pero si la situación pudiera rebasarla no estaba dispuesta a soltar a Lena en ese instante

Podía venir una y otra vez, el rostro quieto, los ojos desorbitados, y la sangre brotando. No era el recuerdo que una adolescente debería tener sobre su madre, pero era el único que Lena tenía en su cabeza, los gritos ahogados transformándose en desgarradores. Las convulsiones constantes; una, dos, tres y otras sacudidas feroces sobre el piso...

Giró, refugiándose sobre el pecho de Kara, entre gemidos en llanto mientras tomaba en puños el suéter grueso de esta. Kara también lloraba, su corazón parecía romperse en aquella situación horrible

El día opaco había eclipsado toda su vida, Lena odiaría los días grises, odiaría tomar té, odiaría la muerte misma. Lo sabía, sabía tantas cosas en ese instante, no habría programas en la televisión de concursos con quien compartir, no habría que deshacerse de más hombres indeseables, no habría conversaciones ni abrazos cariñosos, no volvería a sentir los brazos de su madre rodeándola y no la escucharía llamarla pajarito una vez más

Y lloró aún más, sobre el pecho de su amiga

-hija, tendrás que venir conmigo -escuchó decir al alguacil Bernard

Lena se alejó al instante de Kara, sabía que aquello era lo siguiente. Aun era menor de edad, una menor de edad la cual había perdido su madre

-¿Dónde la llevarán? -cuestionó Kara alarmada

-a la comisaría -respondió el hombre, tan poco acostumbrado con aquellas situaciones-. ¿Tienes algún familiar con el cual podremos contactarnos?

Lena se abrazó a sí misma. Pensar en Lionel traía aún más sentimientos, llamar a su padre, decirle que su madre había muerto... no

-ella se quedará con nosotros, Bernard -anunció Jeremiah uniéndose a ellos mientras Eliza tomaba en un abrazo a Lena

-Jeremiah... -saludó el uniformado

Jeremiah alejó a alguacil entre susurros que solo Kara podía escuchar

-acaba de perder a su madre, no le pidas que vaya contigo a un lugar donde estará sola, conocemos a Lena, ella nos conoce a nosotros, arreglaremos todo después

El alguacil miró hacia la muchacha que aún temblaba en llanto

-al parecer no tiene a nadie más

-nos tiene a nosotros -respondió Jeremiah

Asintió caminando nuevamente hacia la joven

-Lena...

-lo sé, sé los procedimientos, sé de las pruebas minuciosas que le harán a mi mamá, quiero... Quiero saberlo, quiero saber porque murió

El alguacil asintió y partió hacia la zona acordonada. Lena miró hacia su casa, no podría deslizarse dentro una vez más, simplemente imaginarlo la quebraba en más dolor

-vendrás con nosotros ¿De acuerdo? -preguntó Eliza llevando su mano al rostro de la muchacha

Lena asintió -gracias, señora Danvers

Subieron al automóvil entre silencios sostenidos y miradas que podían decir el terrible dolor. Lena no podía lidiar con aquello, contempló el vecindario desde la ventanilla mientras Kara se acomodaba más cerca de ella

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