Lex Luthor

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Los días parecían lo suficientemente agradables, Kara Zor-El tenía amigos, unos buenos amigos que la hacían desear salir de casa todos los días. Eran realmente agradables los almuerzos en compañía de ese par, escurrirse a la biblioteca, las clases compartidas y aparecer en las gradas mientras intercambiaban cualquier plática interesante. Lena y Kenny parecían llevar la conversación la mayor parte del tiempo, por supuesto, existía un límite para Kara quien eludía cualquier anécdota vivida no relacionada con la Tierra, aun así jamás se sintió incomoda, y es que tanto Lena como Kenny jamás insistieron con saber más de ella, ambos eran conscientes en cierto punto lo complicado que pudiera ser para Kara hablar de los anteriores días fuera de Midvale.

-no está -decía Kenny detrás del estante repleto de libros, habían decidido gastar el receso en la biblioteca en esa ocasión, Lena y Kara se encontraban sentadas en el piso en uno de los pasillos de la biblioteca casi solitaria

Kenny parecía interesado en buscar algún libro de álgebra que al parecer serviría para la clase futura

-¿Te gusta la literatura griega? -cuestionó Lena con un volumen entre sus manos

Kara negó -no había escuchado algo así

-está inspirada mayormente en leyendas y eventos históricos -contó Lena mirándola, parecía fluir entre conversaciones cuando se trataba de un conocimiento compartido-. Héroes legendarios y dioses de la mitología, son los más constantes, aquí hay poesía lírica –enseñó aquel volumen-. ¿Quieres escuchar un poco?

Kara ajustó sus anteojos y asintió -me gustaría

Lena humedeció sus labios mientras sostenía aquel volumen de Safo Mitilene y comenzó a leer

-"Quiero decir algo, pero el pudor me impide.

Si tuvieras deseos de bondad y belleza
y no fuera algo malo lo que tu lengua agita,
no tendrías pudor entre los ojos,
y hablarías de ello limpiamente.

Dulce madre mía, no puedo trabajar,
el huso se me cae de entre los dedos.
Afrodita me ha llenado el corazón
de amor a un bello adolescente
y yo sucumbo a ese amor" –dejó de leer sin apartar la mirada de aquellas hojas grabadas

-es interesante -Kara parecía aun atenta a aquellas palabras dichas 

-lo es, Kara, mamá me leyó alguna vez su biografía, Safo fue desterrada por intervenir en las luchas políticas de su isla y escribir sobre la tiranía. Vivió en Sicilia y al regresar a su tierra natal, fundó una escuela para enseñar a jóvenes mujeres el arte de la poesía y las letras, además de danza, música, filosofía y gimnasia. De sus poemas se cree que se enamoraba de sus discípulas y mantenía probablemente relaciones con muchas de ellas. De ahí proceden los términos lesbianismo y safismo, ambos son usados para nombrar la homosexualidad femenina. -explicó Lena con entusiasmo

Los segundos parecieron pausarse, Kara había escuchado aquellas palabras tan alejadas de lo ya conocido, pero quería escuchar más que solo esas líneas, quedó en silencio mientras Lena se entretenía atenta entre las hojas de aquél volumen, hojeando con delicadeza y sin decir algo más, Lena Mercer se puso en pie, colocando el libro en mismo estante donde lo había tomado

-¿Lo encontraste? -cuestionó hacía su amigo quien parecía aún lidiar con aquel título no encontrado

-no, odio lo poco organizada que puede estar la biblioteca -sentenció Kenny sobre otro estante revisado

Kara se puso en pie de igual manera, y con disimulo deslizó sus anteojos haciéndose  del libro con sus habilidades, encontrándolo en el quinto estante, y lo tendió hacia Kenny -¡oh! gracias, Kara

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