Capítulo VI

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Mentira

Él lanzo el primer golpe, lo esquive; tengo que terminar lo más rápido posible o sino más policías vendrán. Por la radio estaban hablando todos desesperados, habían un grupo de prisioneros en todos lados haciendo alboroto. Lanzo otro golpe, lo esquive y corrí hacia él, lo empuje y cayó al suelo, patee su pene y luego su cara.

- ¿Me subestimaste? -estaba quejándose, pero se paró -. No debes subestimar a una prisionera -y le guiñe el ojo.

-Cállate -tiro un golpe flojo, retrocedí para llegar a las sillas nuevamente y terminar esto enseguida. Pero no era necesario ya que un golpe en la mandíbula logro derribarlo.

El sonido de un auto me hizo voltear hacia la última puerta, estaba entrando una camioneta de los refuerzos, pero eso no me interesa, lo que me interesa es la reja cerrándose lentamente. Le robe el chaleco al policía y el arma. Recargue el arma y salí corriendo a esconderme entre los autos que estaban cercas, dispare a unos cuantos policías, en zonas que no matan, mientras me movía y cuidaba del francotirador.

La mala suerte me ha acompañado en esta persecución ya que se trabo el arma, corrí hacia un policía y lo empuje, al caer al suelo lo golpee fuerte en la cara para dejarlo inconsciente; corrí hacia otro, estaba a punto de disparar pero agarre su brazo y lo moví haciéndolo fallar el tiro, doble su abrazo a su espalda mientras lo ahorcaba y hacía de escudo mientras retrocedía hasta la puerta. Empuje al policía y salí corriendo antes que se cerrara por completo la reja.

Ya afuera corrí hacia el descampado donde había árboles y arbustos para esconderme, no duro mucho mi escondite ya que escuche otra camioneta y perros, lo cual era un problema. Respire hondo y salí a correr de nuevo, sé que los perros me pisan los talones, solo tengo que llegar lo más cerca posible al rio. Un perro mordió mi talón y me tiro al suelo, otro perro no perdió el tiempo en morderme el brazo y sacudirlo. Patee al perro del tobillo para que me suelte y empecé a ahorcar al que me mordía el brazo. Cuando me soltó, lo solté y lo empuje lejos para darme tiempo a pararme.

Me levante y me quede quieta mirando a los perros que me gruñían y miraban esperando un movimiento, detrás de ellos venían los policías. Pero lo más importante es que ya podía escuchar el rio.

Estas débil.

Mentira, puedo seguir mucho mas.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora