Capítulo IX

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Tengo Curiosidad

Logre dormir un poco más gracias al calmante; me acerque al ropero y agarre ropa. Al entrar al baño me mire en el espejo, estaba hecha un asco. Me desate la soga para poder cambiarme, me saque el uniforme de la cárcel y me moje un poco para sacarme la suciedad. Me vestí con la ropa y me ate de nuevo la soga como estaba, salí del baño encontrándome a una anciana con una bandeja en la mano.

- ¿Pudiste lavarte con esa soga? -pregunto dejando la bandeja con las cosas para limpiar mi herida.

-Sí, no esta tan ajustada ni tan corta -respondí mintiendo, me acerque a la cama y me senté.

-Déjame curarte -asentí y me voltee para que me cure la herida de la espalda -. Tienes suerte, si no fuera por ese chaleco ya estarías muerta -ella me curo las otras dos heridas y me vendo. Ahora estaba limpia y con ropa nueva -. Mi nieto me dijo que te querías cortar el cabello, ¿puedo?

-Hasta el hombro -agarro un peine y peino mí cabello -. ¿Dónde estamos? -pregunte cuando me harté del silencio.

-En un pueblo llamado Grimsby, esta algo alejado de todo -y empezó a cortar mi cabello.

-Grimsby... No he escuchado de este pueblo, ¿es nuevo?

-Es difícil de decirlo -y termino de cortarme el cabello, me levante y me fui al baño para mirarme en el espejo, me lo corto hasta el hombro con pequeñas capas -. Ven, vamos a desayunar -me sorprende lo amables que son con alguien que tenía un uniforme de prisionero.

No te fíes mucho.

Subimos las escaleras para llegar a una especie de cocina, mire mí alrededor encontrándome con una casa, como una cabaña. El tarareo del nieto de la anciana me hizo sonreír burlonamente, estaba de espaldas mía buscando algo en la heladera.

-No sabía que su nieto fuera cantante -hable sobresaltándolo y girarse con una zanahoria en la mano.

- ¿Qué haces tú aquí? -vio a su abuela al lado mío -. ¿Qué hace ella aquí?

-Desayunar -la anciana se sentó en la mesa, lo cual estaba el desayuno, su nieto estaba por decir algo -. Sin quejas -y él cerro la boca. Pero se acercó a mí y me apunto con la zanahoria.

-Si haces algo, lo lamentarás -susurro, yo le sonreí y quite la zanahoria para darle un mordisco.

-Si quisiera hacer algo, ya lo habría hecho -y camine hasta la mesa a desayunar.

Tengo curiosidad sobre este pueblo.

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