Capítulo XXXVII

3 0 0
                                    

Nos Llevaremos Bien

-Ella me contaba que tu actitud cambiaba. Eras tierna un tiempo, luego distante, como depresiva, y luego agresiva. Así que pregunto de nuevo ¿Quién eres?

-Exyn. Me llamo Exyn -conteste con una sonrisa.

-Exyn -repitió -. Tal vez creas que nosotros no te amabamos...

-Nunca pensé eso de ella, mi madre demostraba cariño sin importar que -él asintió y sonrió.

-Y... ¿Las demás como se llaman? -lo mire por un tiempo debatiendo si decir o no los nombres, pero ya llegamos hasta aquí, él ya lo sabe y era hora de soltarlo.

-Somos tres personalidades -solté -. La primera es la agresiva, Exyn, ósea yo. La segunda es la depresiva, Lyn y la tercera es la tierna, Xynel.

-Me imagino que con el tiempo las podré conocer, ¿no?

-Sí, pero ahora estaré al mando hasta que termine el asunto -él asintió -. Y dime Thomas -gire mi cabeza al cuadro que estaba en una pared, donde había una señora con él y un niño -. ¿Quiénes son?

-Oh, como tu madre no se quería involucrar, yo tenía que comprometerme con alguien por deber y de ese matrimonio nació Gian Blake, tu hermanastro -asentí comprendiendo, luego las puertas se abrieron de par en par entrando el rey de roma.

-Niña, largo -declaró demandante mi querida medio hermano. Gire la silla giratoria para mirarlo con una sonrisa.

-Hijo, siéntate -Gian miro la silla al lado mío, luego a mí y a su padre.

-Necesito hablarte sobre las empleadas -se cruzó de brazos esperando algo, tal vez a que yo me vaya.

-Siéntate -ordenó Thom, me gire para mirar a Thom cuando Gian se sentó en la silla -. ¿Te acuerdas que te hable de Hera Walsh?

- ¿Tu amante? Si -solté una risa -. ¿Por qué hablamos de esto con ella presente? -lo mire, es un poco tonto.

-Tuve una hija con ella -soltó Thom, Gian me miró con una ceja levantada.

- ¿Ella es tu bastarda? -voltee los ojos.

-Técnicamente, tú eres el bastardo -me defendí.

-Mi padre se casó con mi madre, técnicamente tu eres la bastarda -los dos nos quedamos mirándonos por un tiempo hasta que sonreí, no tiene fallas en su lógica.

-Los dos son mis hijos, y los querré por igual, ahora vamos a comer -él se levantó, seguido de nosotros dos.

Presiento que nos llevaremos bien.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora