Capítulo II

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Soy todo oído

Cada vulgaridad que decían los prisioneros al entrar a la zona de las celdas; entre dos policías, a empujones, me "guiaron" a una celda y me metieron allí.

-Bienvenida a tu hogar, rata sucia -los policías cerraron la celda y se fueron riéndose.

Me acerque a los barrotes a comprobar si cerraron bien, di un vistazo a las celdas vecinas, cada prisionero me miraban como un trozo de carne fresco.

-Imbéciles -dije viendo como algunos prisioneros hacían señas sexuales hacia mí.

-Te acostumbraras, novata -fruncí el ceño, la voz femenina venia de la celda de al lado -. Soy Arla, la que roba. ¿Y tú novata? -mientras la escuchaba miraba la celda.

-Estoy aquí por un malentendido -hice una mueca al ver el colchón con manchas que no quiero saber de qué es.

Espero que sea chocolate.

-Todos aquí estamos por un malentendido querida -hice cara de no entender nada -. Robo porque no fui a la escuela, necesitaba comida, ningún trabajo me aceptaba -me acerque al inodoro, lo cual estaba tapado por un zocotroco de mierda -. Sonrisa de Oro, el de enfrente -camine hasta los barrotes y lo mire -. Es tierno y cariñoso, su novia lo acuso de abuso solo porque lo estaba agobiando.

- ¿Enserio? Porque al tipo aquel, Ojo de Vidrio, era su cómplice de violaciones por toda la ciudad -me recosté en la pared con los brazos cruzados -. Arla, ¿no? No soy tan ingenua como piensas, la ingenua aquí, eres tú -sonreí por los segundos de silencio de parte de ella, hasta que pregunto:

- ¿Cómo te llamas nueva? - ¿Dónde quedo lo de novata?

Miente.

-Carla -respondí, apoyada por la pared me deslicé hasta que quede sentada en el suelo. No pienso sentarme en esa cama con manchas marrones.

-Me caes bien Carla, así que te ayudare en estos primeros días -alce una ceja por su propuesta.

-Me parece bien.

Entre Arla y yo nació una "amistad" algo complicada, la primera noche me ayudo con los horarios de la cárcel y los nombres de cada prisionero. No es tan difícil teniéndola a ella.

-Oye Carla, tengo un plan para salir de aquí y creo que con tu ayuda podremos hacerlo -sonreí mirando la pequeña ventana que conecta con su celda.

-Soy todo oído.

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