Capítulo XXV

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Un Mago No Revela Sus Trucos

Ya pasaron cuatro días, y las heridas ya le faltaban poco. Gracias a Pablo al menos podré pasar tiempo escribiendo en una hoja, o simplemente dibujar.

- ¿Sabías que murmurás cuando duermes? -yo solo estaba concentrada en mi dibujo -. Murmuras cosas raras y no son entendibles, ahora que lo pienso, va con tu personalidad.

- ¡JA! -dije con una sonrisa siguiendo con mi dibujo -. Te confundes de... -y estampe el lápiz en la mesa.

- ¿Pero qué mierda te pasa? -voltee a verlo y este me miro raro.

Genial.

-No es nada, solo que no me conoces para decir eso de personalidad -en realidad le pego pero no sabía que más decir para justificar ese golpe.

-Okey... me iré a fumar, me estresas con solo una palabra, me confundes más de lo que ya estoy -y salió de la habitación. Ya no existía la llave de la habitación, la tiré por el inodoro, al no encontrarla pusieron dos guardias en la puerta.

Suspire.

Mañana tengo que irme de aquí, ya pasó mucho tiempo y necesito encontrar una pista en mi casa. Tengo dos planes, Plan P y Plan S, los repasé detalladamente varias veces, hasta que vino mi salvadora.

-Vengo a dejarte la pastilla -y entró a la habitación con una bandeja. Me senté en la cama y agarre la pastilla y el vaso con agua.

-Una pregunta, ¿Qué contiene?

-Contiene Neomicina, polimixina B y bacitracina -bingo, le dedique una sonrisa y se despidió vigilando que tomara la pastilla, disimule pero cuando salió del todo la escondí.

Plan Pastilla, Pablo tiene alergia a la bacitracina y con suerte pueda poner la pastilla en su almuerzo o café. No es el mejor plan de todos, lo reconozco, pero no se me venía nada en la mente. Tome mi agua y justo entra Pablo, con cara alegre y eso no es normal.

- ¿Y tu cara larga? ¿Dónde está?

-Adivina quién me dio permiso para llevarte de vuelta ahora a la tarde -dijo canturreando feliz, yo por dentro matándolo por destruir mi Plan P, solo me queda el Plan S.

-Ya veo -me relaje en la cama y mire al techo.

-Me encanta verte con la cara larga -levante mi cabeza para dedicarle una mirada tranquila.

-Estoy pensando en la tarde, tengo que encontrar a alguien.

-Lo siento pero tienes compromiso conmigo, te llevaré de nuevo -sonreí tranquila, lo que provocó que él se callara y se pusiera serio -. ¿Cómo planeas escapar de un hospital rodeado de policías, haciendo turnos cada un minuto y en el cuarto piso? -se cruzó de brazos

-Un mago no revela sus trucos.

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