Capítulo XXXII

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No Quiero Estar Aquí

Estuve mucho rato mirando las fotos de este señor, sin entender. Bueno, si entiendo pero no me lo creo.

- ¿No es un poco cliché? -pregunte.

- ¡No si es de un Blake! -ella empezó a patalear al aire, como loca, de una patada mandó a volar la caja con cartas -. Lo siento -dijo sonriendo nerviosa.

Voltee los ojos y empecé a recoger las cartas hasta que una frase de una me llamó la atención:

-"... juro que te matare" -las dos nos miramos, Ness se acercó curiosa a mí.

- ¿De quién a quién, dónde y cuándo? -pregunto alterada de saber más, volteé los ojos y le tiré tres cartas para que me dejara leer. Ella las agarró y se sentó en la cama.

"Si no mantienes silencio, juro que te matare"

Ningún nombre, ninguna dirección, nada.

Releí varias veces nerviosa, pero fruncí el ceño al no escuchar nada, algo que es raro cuando estoy acompañada de Ness, dirigí mi mirada a donde estaba ella y la vi con su mano en la boca, tenía los ojos cristalizados.

Bingo.

- ¿Qué pasa? -ella me miró, no dijo ninguna palabra, solo me paso la carta. La agarré desconfiada y empecé a leer.

"No tengo fuerzas para decirlo personalmente, por esto escribo esta carta. Nuestra hija, Alexyn, fue abusada por tu mano derecha, Rayler Acker..."

Deje de leer, era larga, pero un dolor en el pecho se hizo presente, un sentimiento de impotencia y sufrimiento invadió mi cuerpo, mi respiración era pausada, de mi frente salía un sudor frío y de mis ojos salían lágrimas.

-No. No -empecé a negar varias veces con la cabeza con desesperación, cerré mis ojos con fuerza, aun así lagrimas salían por montón -. Haz que pare, por favor -abrace mis piernas y escondí mi cara entre ellas, estaba temblando de miedo. Me sobresalte al sentir un tacto en mi hombro -. ¡No! ¡No! ¡Aléjate! ¡Fuera!

-Alexyn, soy Nesta, mírame -yo seguí negando y negando con la cabeza, ella me agarro de mis mejillas -. Tranquila, mírame -poco a poco abrí mis ojos y la mire a los ojos.

-Ness... -dije al enfocar -. Él no está aquí, ¿no? -mire por todas partes, estaba en la habitación de mi madre -. ¿Dónde están ellas? ¿Qué hago aquí? No quiero estar aquí, ¡quiero irme!

-Descuida, estoy aquí, Alexyn -ella me abrazo, yo la abrace igual, pero aún seguía temblando y sollozando.

-No quiero estar aquí -susurre llorando, ella me acariciaba mi espalda para tranquilizarme, sin éxito.

Ese recuerdo volvió a mi vida, recordando la pesadilla de estar aquí afuera, en esta habitación.

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