Capítulo LIV

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Adiós, padre

Gritó mi padre subiendo las escaleras, le saque la carta a Rayler y me aleje un poco antes de que mi padre le estampe un golpe en la mandíbula -. ¡Era mi novia y mi hija, hijo de tu grandísima madre! -un golpe tras otro, Rayler no se defendía, sabía que ese era su castigo, y lo afronta.

-Padre -me acerque a él y toqué su hombro, este dejó de golpearlo -. Será mejor que tenga un castigo decente, y doloroso -susurro lo ultimo -mi padre me miro y luego asintió con su respiración a mil.

-Tienes razón. Llevenlo al calabozo más oscuro -mi padre agarró el cuello de la camisa de Rayler -. Desearás no haber nacido -dos señores se encargaron de llevarlo lejos de nuestras vistas.

-Ven, vamos a la oficina, te curare -lo agarre del brazo y subimos las escaleras juntos -. Trae los primeros auxilios -Linette asintió y se retiró, camine junto a mi padre hasta la oficina, él caminó hasta el medio y quedó allí, antes de cerrar la puerta vi a Gian, negué con la cabeza y cerré la puerta.

Terminé de cerrar la puerta, él se derrumbó. Cayo de rodillas y empezó a llorar, verlo así, tan vulnerable, tan roto, me hizo tener una idea de lo cuanto amaba a mi madre, de lo cuanto le importa su familia. Verlo arrodillado en el suelo, derramando lágrimas y pidiendo perdón parte el corazón al más fuerte.

Un dolor en mi pecho se hizo presente, de mis ojos salieron lágrimas. Camine hasta quedar de rodillas frente a él, para poder mirarnos.

-Lo siento tanto -dijo entre sollozos, lo agarre de la mano -. Lo siento mucho mi pequeña -sus ojos se enfocaron y no pudo retener más lágrimas -. Alexyn ... -lo abracé, y los dos empezamos a llorar.

-No era tu culpa -logre decir entre el llanto -. No podíamos hacer nada -él me abrazó más fuerte -. Por suerte, Exyn apareció y me defendió. Madre me contaba cuentos de una pareja que nunca dejaron de amarse, supongo que es un mensaje subliminal -los dos no pudimos evitar reír entre lágrimas.

-Mi pequeña -acaricio mi mejilla mientras me miraba a los ojos -. Te manche de sangre -dijo apenado, trato de sacar su mano pero lo impedi poniendo la mía encima.

-Te quiero, ¿y te cuento un secreto? Las demás también lo hacen, aunque no lo admiten -los dos nos quedamos abrazados por un momento más.

Siempre he querido conocer a mi padre, o al menos saber si vive, y ahora estoy aquí, abrazados y llorando por lo ocurrido, sacando el dolor que causó un pasado para poder mirar el futuro. Ahora podré descansar en paz, en la oscuridad que cree, y estar tranquila viendo como los demás toman el control. Mi historia terminó allí, en ese momento en el cual Exyn me defendió.

- ¿Esta es una despedida? -preguntó mi padre.

-Tal vez -conteste -. Adiós, padre -y le dedique una sonrisa.

-Adiós, pequeña -y me dio un beso en la frente.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora