Capítulo LI

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Adiós, Pablo

Le di el chip y me di vuelta para distraer a los policías, pero me giré de nuevo sintiendo su presencia.

- ¡Corre! Estaré bien -él reaccionó y corrió empujando a Rayler.

Caminé hasta el final del callejón, suspiré al escuchar un arma cargar, alce mis brazos y los puse detrás de mi nuca. Varios policías se acercaron y me sujetaron con fuerza, me esposaron y me empujaron hacia el auto, pero el policía Pablo me frenó, me miró y sonrió.

-Tal vez esta vez te irás directo a la silla -lo mire a los ojos y sonreí.

-Intentalo -los policías me empujaron dentro del auto para después dirigirnos a la cárcel.

No podía hacer nada con mis manos en la espalda, solo podía ver como me alejaba de la mansión. Tal vez este sea el fin, tal vez hasta aquí llegue. Gracias a Rayler nuestra vida se hizo un infierno, personas se alejaron de nosotras.

Pero las más importantes se quedaron, apoyándonos.

Recuerdos de Ness, de mi madre, las dulces vecinas que cuando me llevaron ellas me miraron mal, malditas vecinas. Las personas que se alejaron trataron de convencer a las demás, pero aun así pocas personas se quedaron, dándome apoyo.

Tal vez estas personas tengan razón, soy un monstruo, una enfermedad que no debía de ser creada.

No.

Alce mi cabeza sorprendida de escucharla.

Son mi escudo donde me escondo. Tal vez muchas personas nos abandonaron, pero siempre conté con ustedes tres. Ustedes tres nunca me abandonaron, me acompañaron y consolaron en mis ataques. Me protegieron de ese recuerdo. Ahora haz lo que te dije y recupera el nombre de Revenge.

Sonreí al escuchar ese nombre de nuevo. Un nombre que Alexyn me dio al presentarnos ese día, un nombre que me llena de orgullo llevarlo.

-Oye, deja de sonreír -miré al policía que conducía. Mientras me dislocaba mi dedo y me sacaba la esposa de una mano, me aventé al volante y gire el coche provocando un choque con la patrulla de al lado. Un gran choque logré hacer, aunque mi cuerpo dolía y salí del auto.

-Eres un grano en el trasero, en serio lo digo -habló el policía Pablo, sangre se le caía por la cabeza mientras me apuntaba con un arma.

-Gracias, Pablo. Yo también me divertí estos días. Pero tengo que ir a arreglar un problema familiar -voltee a ver un auto venir a toda velocidad -. Adios, Pablo -este salto a un lado antes que el auto impactará.

RevengeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora