Capitulo 25

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Damián

—¿Qué te pasa?

Levanto la mirada y tengo a Stefan cruzados de brazos esperando a que le diga algo, pero joder no tengo cabeza para nada en estos momentos.

—¿Y bien?

—No tienes nada mejor que hacer. — suelto un bufido y me voy a levantar, pero me agarra de los hombros para que me vuelva a sentar. —¿Ahora qué?

—No me quieras ver la cara Damián, llegaste como alma que lleva el diablo. Te has sentado en este lugar y lo único que has hecho en estos minutos es golpear el piso mas veces de las que puedo contar. — se sienta en frente — Y estábamos bebiendo y de golpe llega algo a tu teléfono y sales como si te fuera la vida en ellos. ¿Y bien?

Me muerdo en interior de la mejillas sin saber que decir o quizás sí, pero no quiero llegar a ese punto de volver a recordar o pensar en lo que tuve que ver. De solo pensarlo de lejos me hierbe la sangre.

—Solo fue algo que no vale la pena — digo, pero decir aquello hace que me duela cada palabra.

—Claro, es que piensas que...

Unos golpes desesperados golpean la puerta haciendo que los dos nos miremos sin saber qué pasa. Stefan me apunta con un dedo antes de levantarse e ir hacia allá. Yo en cambio solo me llevo una vez mas las manos a la cabeza.

—¡Santa madre! Te escuche las primeras... ¡Dios Elma que te paso!

Levanto la cabeza de golpe cuando Stefan cierra la puerta, al mirarlos veo que Elma esta aferrada a mi amigo llorando como una niña pequeña. Stefan me mira sin saber que pasa, ese llanto se podría tomar como que esta triste por lo que paso entre los dos, pero es muy fuerte para ser ello.

—¿Elma que paso?

Ella se aparta y comienza a limpiarse los ojos.

—Yo... no sabia que hacer, pero debes ayudarme por favor.

—Bien, pero necesito que te calmes y después me...

—¡Es que no puedo calmarme!

Su grito lo hace dar un paso hacia atrás y a mi extrañarme verla así, en mi vida creí escuchar.

—Es Zoe...

El escuchar su nombre manda un escalofrió por mi cuerpo nada agradable, Stefan me mira y yo solo puedo mirar a Elma

—¿Qué pasa con ella?

—Estaba es su baño Stefan, tenia... dios es que no te imaginas como estaba...

—¿Como?

—Sangre... yo me imagine que... — su llanto le impide decir más.

Mis piernas me hacen levantarme, es como si todo mi cuerpo se pusiera en tensión. ¿Como que sangre? Recuerdo muy bien que cuando me vine ella estaba en su habitación.

—¿Elma puedes calmarte?

—Ayúdenme.

Es la primera ves que llego al departamento que me mira y puedo ver el dolor en su mirada.

—Tiene... Zoe tiene todo el cuerpo quemado o no se.

—¿Que?

Sin esperar que me diga algo más, salgo disparado pasando por ellos dos y saliendo del departamento tan rápido como me den mis piernas.

— ¡Mierda! – bajando los escalones me doy un plomazo al suelo, pero me levanto de golpe.

Paso del ascensor de pura adrenalina, así que sigo subiendo las escaleras a toda velocidad y me tropiezo unas tres veces más, cuando llego al piso veo que la puerta del piso está abierta. No es la misma sensación que hace un rato al entrar, ahora tengo el cuerpo completo tiritón de las miles de imágenes que pasan por mi cabeza y además que siento el corazón está más acelerado que hace un rato, no es igual a la vez anterior.

Después de Ti ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora