Capitulo 18

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Damián

— ¡En esta casa ahí alguien con vida! — escucho a lo lejos una voz que me parece muy conocida.

— ¡Alo! —el grito se hace más grande a medida que pienso que va avanzando los segundos — Santa Madre... No quiero ni pensar qué pasó aquí — se escucha ahora la voz más de cerca, como si la tuviera a mi lado.

Mi cuerpo lo siento inerte en una superficie plana, pero lo que no me pasa desapercibido es el dolor punzante de mi cabeza, una olada de aire frio me recorre el cuerpo haciendo que quiera abrir mis ojos.

— ¡Venga ya! ¡Que por más que me guste ver cosas así, eres mi amiga! —

¿Que? De quien coño se supone que soy amigo.

— ¡Joder, Zoe despierta!

Abro los ojos de golpe cuando escucho de manera clara la voz de Evan, miro para ambos lados y me incorporo de golpe.

¿Dónde se supone que estoy?

Solo debes mirar hacia el lado un poco más de tiempo.

Miro y mis ojos van entre la puerta y la chica que está tapándose con una almohada. Miro hacia la puerta y me encuentro con Evan cruzados de brazos y una sonrisa burlona es su estúpido rostro.

— ¿Ahora sí? — dice sin quitar esa sonrisa de sus labios

— ¡Joder Evan! — grita Zoe acomodándose mejor pero como no le tapa del todo tira de la manta ahora dejándome a mí al descubierto.

Antes de que me tape, me sorprende como Zoe extiende una de sus manos y la coloca encima de mi polla.

Eso ayuda a que no me vean, pero que ni piense que ayuda a que deje de estar erecta.

— ¿Qué haces aquí?

— Golpee la puerta y nadie me abrió — dice contenido su risa — Así que utilice la llave que aún tengo y grite, pero nadie contesto — su mirada de burla me hace que Zoe se coloque roja de la vergüenza — Y también tenía la llave de tu habitación así que...

— ¡Joder! ¡Sal de aquí! — le dice extendiendo la mano hacia la puerta.

— ¿Pero, por qué? — se acerca y se sienta en la punta de la cama — Yo ya los vi – se encoge de hombros como si fuera super normal.

— Evan, lárgate –digo tratando de no reírme.

Zoe abre los ojos al verme más de la cuenta cuando se da cuenta que estoy tratando de ocultar una sonrisa, es que en verdad esta situación de algo de risa.

— Pero... ¡lárgate, joder Evan!

— Ya, ya me voy — levanta lo brazos y se levanta — ¿Puedo hacer el desayuno? —Zoe asiente y le indica que salga.

— ¡Largo! ... ¡Maldito pervertido! — le grita y sale rápido de mi habitación.

Ya la puerta cerrada se tira para atrás y la veo cerrar los ojos, se queda así un par de segundos y siento que esta situación me está incomodando un poco, pero ojo no de la mala manera.

— Zoe — la llamo y abre un ojo para mirarme — Podrías por favor sacar tu mano — le digo y mira su mano encima de mi endurecida polla.

— Joder, lo siento — la saca y trato de estirarme un poco.

Zoe mira para todos lados, es como si buscara alguna forma de salir de la cama, me mira y sin esperarlo se tira encima de mi para poder pasar al otro lado de la cama.

— Vaya... menudas vistas — digo cuando tengo sus lindos pechos en mi cara. — ¿Qué hay de nuevo?

— Cállate tarado —golpea mi brazo riendo — Córrete, me voy a bañar...

Después de Ti ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora