Zoe
Las manos me sudan, las respiraciones de los demás se escuchan dentro del auto, nadie es capaz de mover ni un solo musculo desde que hemos llegado hace quince minutos y hace cinco vimos el auto de Nicholas llegar y de el ver bajar a Damián.
Su rostro no me ayudo en nada para poder sentirme bien, fue como si hubieran pasados años desde la última vez que lo vi. Se venia más que tenso, nervioso y podría jurar que vi un destello de miedo es sus ojos. Las lágrimas que cayeron por mis ojos fueron las ultimas hasta que lo vi perderse entre las personas que entrar hacia esa bendita torre.
—¿Qué vamos a hacer? Porque no creo que quedarse aquí sirve de algo — murmura Elma mirando por la ventana.
—Podemos acercarnos y preguntarle a alguien algo. — dice Stefan mirando hacia atrás —¿O tienen otra idea?
—Entrar — dice Evan secándose las manos en el pantalón —No me apetece llevarlas, pero es verdad, no sirve de nada quedarse aquí.
Asiento sin decir nada, es lo que llevo pensando hace mucho rato, pero no he podido encontrar el valor de abrir la puerta he ir hacia allá.
—Bien, voy yo — dice Zero quitándose el cinturón —Acompáñame
Stefan lo mira, pero no dice nada y ambos se bajan. Los seguimos, pero nos quedamos a una distancia. Vemos que los que entran muestran lo que parecer ser una entrada, porque lo que se nos hará imposible entrar si no tenemos una de esas.
Lo que parecieron minutos eternos vemos a Zero con cuatro boletos en las manos.
— Sabes cuando costaban estas mierdas — dice Stefan llegando a nosotros — Cincuenta pavos, acaso que mierda ahí dentro oro, acaso.
— Cállate y entremos mejor — dice Evan.
—Apoyo, terminemos con esto de una buena vez.
Los cinco nos colocamos la capucha, con Elma nos tratamos de esconder el pelo, las indicaciones de ellos fue que por nada del mundo nos alejáramos de ellos.
Caminamos a la entrada y sin problemas pasamos las entradas, un pasillo muy oscuro y bastante fétido nos recibe. Miro para todos lados y mientras más pasos doy todo me da una mala espina. Zero se gana detrás de mí con sus manos en mis hombros y Evan en la parte de delante tendiéndome una mano.
— ¿Por qué cojones debo darte la mano? — dice Elma en un susurro y la miramos
— Porque debemos pasar desapercibidos —le alega Stefan agarrándole de mala gana la mano — Y sonríe y di que me amas.
— Lo siento, pero prefiero decir que amo a Evan — le dice y trato de no reírme —Así que no gracias.
— Mira sabes que hoy en día se puede amar a más de una persona — contraataca Stefan — Así que de igual manera si nos ponemos en plan poliamor yo no me niego.
— ¡Dios Myles que carajo dices!
Evan le da una mirada que le deja bien en claro que no le gustó nada lo que dijo, pero sé que es más por lo tenso que esta.
— Amo a Emma, así que no gracias.
Dejamos de hablar estupideces cuando salimos del pasillo ese y dejamos de caminar por unos segundos cuando tenemos enfrente un cuadrado muy grande, demasiado la verdad, está al centro de un espacio lleno de gente gritando como locos, para ser más específicos se parece mucho a un ring de boxeo, trago saliva al ver el color del suelo, es de un color rojo entre oscuro hay entre sangre fresca y seca.
Zero me agarra de la mano y se la aprieto más de lo necesario. Levanto la mirada para verlo y solo me da una leve sonrisa para poder tranquilizarme, trato de responderle de la misma manera, pero me sale más como una mueca.
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Después de Ti ✔️
Teen FictionZoe y Damián. Ella marcada de por vida de la peor manera posible. El querer huir de su mala elección pero se encontró con ella. Lo que nunca se imaginaron que la misma persona en particular era el culpable de una mala elección y del dolor más gran...