Capitulo 15

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Damián

Trato de que el aire llegue a mis pulmones mientras por todo mi cuerpo recorre una adrenalina que jamás en toda mi vida había vivido. Cierro los ojos y me digo a mi mismo que no puedo llegar al punto de querer matarlo, es mi puto amigo.

Si, pero fui testigo de como le pego en mis putas narices.

Pero no puedo matarlo por ello, hay cosas mas importantes que reventarle la cara. Doy un paso hacia atrás dejándolo inerte y con pocas fuerzas de levantarse del suelo. Su nariz es un desastre, uno de sus ojos ya está hinchado, mientras que casi la mitad de su boca esta reventada. No me voy a poner a decir de los golpes que quizás tiene por todo el cuerpo.

—Lo... siento Zoe —susurra, pero es tan bajo su voz que apenas se entiende.

—Vete a casa porque con que te tenga un segundo más en frente Zero te mato.

Saco mi teléfono y marco el numero de Stefan, me contesta al segundo tono. Mientras le digo que venga rápido al estacionamiento, mis ojos miran a Zoe quien ve a Zero con una mirada llena de pánico, su cuerpo está temblando demasiado.

Las puertas del ascensor suenan y miro, Stefan sale casi pálido al ver el espectáculo aquí, su vista va entre Zero y yo para después mirar a Zoe quien aun esta de rodillas en el piso.

—¿Qué carajo...?

—Llévatelo a casa, no preguntes nada, solo hazlo — me acerco a Zoe y la verdad es que me pone algo nervioso verla así.

—Ay colega... cuando repartieron dignidad usted estaba bien lejos — oigo que Stefan le habla a Zero.

El miedo siempre se siente cuando la otra persona lo siente. Zoe es un claro ejemplo de ello, todo su cuerpo esta tenso tiene las manos apoyadas en el suelo y puedo ver claramente como sus nudillos están blanco y sus venas sobre salen. En estos momentos mirar a Zoe me demuestra el miedo que siente.

Tiene su mirada fija aun en el lugar donde estaba Zero tirado. Stefan lo está metiendo en el auto así que no es ni un peligro.

— Zoe... — me acerco a ella, pero no se mueve ni siquiera mueve los ojos de ese lugar —Ya se fue, ven para que...

Me acerco a ella y digamos que jamás pensé que ese cuerpo con diminuto tuviera tanta fuerza.

—¡No! ¡No me toques! — se tira hacia atrás quedando frente de mí. Me giro rápido para ver a Stefan, pero ya está saliendo del estacionamiento — No te me acerques.

Sus sollozos me dejan descolocado por un momento, ¿es que acaso teme por mí? La opresión en mi pecho no me gusta en nada al ver el miedo reflejado en esos ojos grises.

— Yo no te hare nada, vale —le digo, pero niega con la cabeza mirándome fijamente — ¿Por qué no? Jamás te haría daño, tenia que darle una paliza por lo que te hizo — digo buscando en sus ojos algo, pero es inútil — Vamos, nena — extiendo mi mano, pero ella niega con la cabeza.

Me paso la mano por la cabeza. No me arrepiento de darle esa golpiza a Zero, después de mucho tiempo mis sentidos me abandonaron, no me importo que estuviera borracho. Una vez mas no pensé en nada.

Después de unos largos segundos sus ojos me ven la mano estirada, sus ojos llenos de lágrimas me miran, extiende una de sus manos y pienso que no me la va a garrar, pero me la afirma para darle la vuelta. Sus ojos se abren un poco más de lo normal y me la suelta como si quemara. Sacude la cabeza y por primera vez veo el verdadero miedo en unos ojos.

Ella cree que yo le voy a hacer daño

—Zoe no te haré nada, nena —me acerco a ella con cautela y le limpio la lagrima que le cae — Ven conmigo

Después de Ti ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora