¡Haikyuu en Hogwarts!

6.

N/A: Disfruten el capitulo Ushiten:)

Tendou sabía que no le agradaba a la mayoría de personas en Hogwarts, sabía que casi todos lo consideraban espeluznante y raro, era perfectamente consiente que muchos hablaban a sus espaldas cuando caminaba por los pasillos sobre su condición de metamorfomago, murmuraban de su aspecto excéntrico y su poca capacidad de controlar sus cambios de apariencia. Tenía pésima relación con los miembros de otras casas y apenas tenía pocos amigos en Slytherin. Tendou sabía perfectamente todo eso, entonces mentiría si dijera que no fue una sorpresa cuando en su tercer año en Hogwarts cierto ravenclaw de ojos verde olivo se le acercó diciendo:

—Me gustas, por favor sal conmigo.

¿Wakatoshi Ushijima pidiéndole a Tendou salir con él? Imposible. No había ninguna probabilidad de que eso pasara, todos sus instintos le decían que era una broma, una más de tantas. 

—Piérdete— contestó seco y cortante, pudo ver por el rabillo de su ojo que el color de su cabello se había vuelto de un rojo más claro y chillante, estaba cansado de las burlas de las personas a su alrededor. Y aunque el ravenclaw de lindos ojos no era conocido por molestar a las demás personas ni meterse con ellos las apariencias engañaban y Tendou lo sabía mejor que nadie. 

Dejo al chico que lo miraba embobado en medio del pasillo y siguió su camino olvidando casi al instante la confesión. Por los siguientes dos días continuó con su rutina habitual, pelando con algunos Gryffindors por algún tema absurdo, colmando la paciencia de los Ravenclaws en medio de las clases, pidiendo favores que no regresaría a los Hufflepuffs, riéndose con Eita y Reon en la sala común y el gran comedor. Todo lo habitual hasta que otra vez volvió como una tormenta para azotar y destruir todo a su paso.

—Tendou, me gustas, por favor sal conmigo— Ushijima lo había interceptado mientras se dirigía a las mazmorras después de la última clase de la tarde, una vez más lo ignoro y siguió su camino.

—Tendou realmente me gustaría que tuvieras una cita conmigo, por favor considera mi oferta— el chico fornido le ofrecía un ramo de rosas rojas mientras le daba una intensa mirada. Una vez más lo volvió a ignorar y no acepto las flores.

Las confesiones no pararon desde entonces. Ushijima le enviaba pequeñas notas por medio de una lechuza, le mandaba pequeños regalos como dulces, comida o algún libro, buscaba a Tendou al final de las clases, lo saluda cuando lo encuentra en los pasillos ganándose la mirada curiosa de los otros estudiantes y le recitaba la misma confesión pero con diferentes palabras al menos una vez a la semana.  

Al inicio el Slytherin lo ignoró porque pensó que el Ravenclaw se cansaría de toda esa farsa de la cita eventualmente y lo dejaría en paz pero su decisión fue contraproducente, porque su corazón comenzaba a acelerarse cada vez que veía a Ushijima acercarse a él, cada vez que abría algún paquete que le mandaba o cada vez que le pedía una cita. El reservado Slytherin odio sentirse así porque todos sus instintos le advertían que todo se trataba de una broma, no había razón por la que alguien como Ushijima —atractivo, inteligente, elegante, sangre pura, de familia adinerada— pudiera fijarse en él. Así que la siguiente vez que el Ravenclaw se le confesó Tendou lo enfrentó.