-Universo alterno-
¡Sálvense quien pueda, ahora no juegan voleibol sino que hacen magia!
Serie de historias que siguen la vida de los diferentes personajes de Haikyuu en sus años en Hogwarts mientras se enamoran. Entre magia, pociones, besos, celos...
NA: ¡Salí de mi bloqueo de escritora! Hurra por mi. ¿Ha sido un tiempo, no?
Me he dí cuenta que no había mucho desarrollo entre Yaku y Lev, ni en Asahi y Noya. Así que quise arreglar eso. Gracias por leer la historia a los viejos y nuevos lectores.
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Tic Toc, Tic Toc, tic toc
Lev podía escuchar el eco del reloj chocar con las paredes de la Sala Común de Ravenclaw, nunca imagino que una sala común pudiera ser tan silenciosa. La Sala Común de su Casa no era particularmente ruidosa pero él no recordaba vez alguna que hubiera pasado en absoluto silencio, a parte de las noches en donde estaban en sus habitaciones, claro.
Él no era el único ahí, de ninguna manera hubiera logrado descifrar el acertijo para entrar. Yaku, su tutor, lo había llevado ahí para estudiar. Habían estado teniendo problemas para lograr que Lev se concentrara en la biblioteca, por lo que el Ravenclaw sugirió cambiar de ambiente y Lev aceptó esperanzado, aunque ahora se estuviera arrepintiendo.
El silencio no le estaba ayudando en absoluto, su mente no se enfocaba en los escritos frente a él. En cambio, agudizaba su oído y trataba de escuchar cualquier sonido a su alrededor, por insignificante que fuera. Desde el suspiro frustrado de un estudiante hasta la suave brisa de Noviembre contra las ventanas de la torre de Ravenclaw.
No sabía cómo algunos chicos preferían estudiar en absoluto silencio. Como los Ravenclaws presentes, seguramente estaban memorizando docenas de conceptos y fechas importantes mientras él los miraba de lejos.
— ¿Otras vez divagando?—Yaku lo saco de sus pensamientos. Lo miraba con ojos entrecerrados y una mueca en sus labios. Lev pudo notar que hacia su mejor esfuerzo para ocultar el tono malhumorado en su voz.
— ¡Lo siento, Yaku-san!— le dio una sonrisa apenada— es que los Ravenclaws tienen una Sala Común muy bonita. Jamás pensé estar aquí adentro. Los cuadros tiene colores muy bonitos y-
— Lev, necesitas concentrarte, a penas has hecho la introducción de tu ensayo, no lograras terminar a tiempo.
— ¡Si, si!— asintió animado, tomó la pluma que descansaba en la mesa desde hace unos minutos y volvió a leer su libro de Historia de la Magia. Leyó los primeros dos párrafos antes de volver a perder el interés, no podía evitarlo. Odiaba que eso le pasara.
Pero a medida que avanzaba entre las palabras, las oraciones e ideas se mezclaban entre sí. Releía la misma frase cinco veces antes de pasar a la siguiente, olvidándose de lo que acababa de leer y teniendo que volver al inició. Se sentía en medio de un océano de letras, vocales y consonantes al azar, flotando a su alrededor mientras él se hundía entre ellas. No importaba cuánto se esforzará, el resultado era el mismo: no entendía.
Observó con el rabillo del ojo que Yaku le dio una mirada satisfecha antes de volver a su tarea. No quería decepcionarlo, así que siguió fingiendo leer para no causarle más problemas.
