-Universo alterno-
¡Sálvense quien pueda, ahora no juegan voleibol sino que hacen magia!
Serie de historias que siguen la vida de los diferentes personajes de Haikyuu en sus años en Hogwarts mientras se enamoran. Entre magia, pociones, besos, celos...
N/A: ¡He vuelto, besties! Agradezco su paciencia, la universidad me mantuvo ocupada pero ya estoy de vuelto, las actualizaciones regulares vuelven.
Por cierto,¡¿+6k lecturas?! Muchas gracias, casi me morí de felicidad cuando vi la cifra.
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Los últimos rayos de sol del domingo se podían ver en el horizonte, Aran apreciaba la simpleza de la vista sumergido en sus ideas. El día había sido largo y lo único en lo que podía pensar era en su cama y en las suaves cobijas que lo esperaban en su habitación, irse a la cama tan temprano era tentador pero tenía hambre y él nunca lograría conciliar el sueño mientras su estómago estuviera vacío.
Las voces de los alumnos circundantes en el pasillo arrullaban su presencia y tras la ventana del pasillo se colaba una suave brisa de octubre que le hacía desear haber traído consigo su bufanda.
—Felicidades por tu victoria— Kita apareció a su lado cargando un libro y con el cabello húmedo, seguramente acababa de ducharse.
—Oh, muchas gracias— Aran se apartó un poco, dándole espacio suficiente a Kita para asomarse y apreciar la vista por la ventana pero el Ravenclaw no parecía interesado por las diferentes tonalidades en el cielo y decidió apoyarse en la pared— Aunque creo que ustedes merecían ganar.
Ante las palabras del moreno Kita arrugó su rostro— No, si 'hubiéramos merecido ganar' hubiéramos ganado pero no lo hicimos. No menosprecies tu victoria ni tu esfuerzo.
Aran no pudo evitar reírse— Tienes razón, sin embargo, no hace falta ser tan serio.
—Me disculpo por eso, no me encuentro de tan buen humor.
—No hay nada de lo que disculparse— lo tranquilizó Aran con una sonrisa y el Ravenclaw suspiró. Se quedaron un rato más junto a esa ventana, Aran observando el cielo y Kita leyendo algunas páginas de su libro. De vez en cuando, los ojos del Slytherin se desviaban hacia su amigo pero rápidamente los apartaba por miedo a ser descubierto.
Aran sabía que el mal humor de Kita no era debido a su derrota, él nunca se enfocaba en eso. Su mal humor se debía a cierto Gryffindor de cuarto año que logro distraerlo en medio del juego. No se debía ser un genio para adivinarlo, cualquiera que conociera a Kita tan bien como Aran lo notaria. De hecho, al mismo Slytherin le sorprendía que su amigo estuviera con él en vez de estar reprendiendo al comentarista del juego.
— ¿Sabes si Atsumu y Kiyoomi-kun se lograron reconciliar?— preguntó Kita sin apartar la mirada de su lectura.
—Creo que sí, quiero decir, cuando salí de las mazmorras los vi discutiendo pero iban caminando con las manos entrelazadas, así que parece que ya están en buenos términos.
—Eso es algo bueno, se está más pacíficamente cuando ellos están en buenos términos— Aran asintió, Atsumu era un dolor de cabeza cuando se trataba de su novio.
