-Universo alterno-
¡Sálvense quien pueda, ahora no juegan voleibol sino que hacen magia!
Serie de historias que siguen la vida de los diferentes personajes de Haikyuu en sus años en Hogwarts mientras se enamoran. Entre magia, pociones, besos, celos...
feliz navidad, año nuevo y día de reyes. Gracias por seguir leyendo esto.
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Al ser sangre pura Tsukishima no conoce muchas expresiones o costumbres Muggles, sus padres empresarios exitosos del Mundo Mágico, nunca le dejaron visitar el mundo Muggle por miedo a lo desconocido.
Lo poco que él conoce es gracias a la asignatura de Estudios Muggles y algunos compañeros de Casa mestizos.
Él cree que las personas no mágicas tienen mucha imaginación. Una gran parte de Muggles creen en algo llamado Karma. En un principio se mostró incrédulo y creyó que todo aquello era absurdo pero teniendo en cuenta los recientes hechos sería un poco más abierto...
¿Qué otra explicación podría dar al tener frente a sus ojos a Tadashi, su interés romántico, quien acorralaba a Hinata, el interés romántico de Kageyama, contra una pared en un pasillo oscuro y poco concurrido? La mandarina era un lio de nervios, sonrojado y balbuceando.
A su mente vino un vago recuerdo: ¡Es más! Apuesto, a juzgar por su cercanía, que dentro de poco... podrían terminar siendo pareja, novios, amantes...
Su estómago se revolvió, aquello era un mal chiste. Debería más cuidado con las palabras que salieran de su boca.
Kageyama, quien más sino él, hizo que aquel sufrimiento acabara. Poco le importo cuando el Gryffindor le arrebató su libro de Herbologia de las manos y lo lanzó en dirección de Hinata, en dado caso, si fallaba le ofrecería su libro de Historia de la Magia. Todo por la causa.
Y cuando la mata de pelo naranja se lanzó hacia Kageyama con corazones en los ojos y una gran sonrisa en su rostro, dejando atrás a un avergonzado Tadashi, supo que podía calmarse. Cualquier loca escena que haya visto, probablemente se trata de algún mal entendido.
— KAGEYAMA— dijo con evidente alegría mientras rodaba el torso del chico con sus brazos— ¡Oh, Kageyama! ¡Qué alegría! ¡Yama-yama, mi salvador!
— ¿Qué mierda? ¡Idiota, que demonios! ¡Hey! ¡Suéltame!— se quejó, pero ni siquiera trataba de quistárselo de encima. Tsukishima rodeó los ojos, comenzó a caminar hacia los Hufflepuff, seguro que la estupidez de los dos Gryffindors era contagiosa.
— ¡Tsukki! —lo saludo Tadashi, con una sonrisa adornando su rostro. Sin embargo, no pasó desapercibido las mejillas coloradas— Buenas noches.
— Buenas noches Tsukishima—habló también Yachi, parecía de alguna manera aliviada. Y sus ojos viajan entre él y el par que había dejado de atrás.
— Yamaguchi, Yachi, buenas noches— quería preguntar sobre su espectáculo anterior pero tampoco quería parecer entrometido— ¿Van a cenar?
Ambos asintieron, dando miradas de reojo a los Leones que aún seguían peleando, era claro que debatían entre esperarlos o no.
