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N/A: Que esto comience. 

Ser de la casa de Gryffindor requería tener coraje y ser valiente, Tetsuro Kuroo tenía mucho coraje y valentía para cualquier situación que se le  presentara siempre y cuando no involucrara al Ravenclaw de cuarto año: Kenma Kozume

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Ser de la casa de Gryffindor requería tener coraje y ser valiente, Tetsuro Kuroo tenía mucho coraje y valentía para cualquier situación que se le  presentara siempre y cuando no involucrara al Ravenclaw de cuarto año: Kenma Kozume. Con el chico rubio frente a él con su característica mirada de indiferencia Kuroo se trasformaba en masilla.

—Tenemos que ser objetivos, hermano, tienes un objetivo bastante difícil. Lograr una conversación con ese chico es imposible—Bokuto comentó mientras se sentaban en la mesa de Gryffindor a primera hora de la mañana.

— ¡Se supone que eres mi amigo! Deberías de darme ánimos—reclamó indignado el Gryffindor pelinegro. Sus ojos viajaban entre su amigo sentado frente a él y la entrada del Gran Comedor, esperando a que cierto rubio se asomara. 

— De la manera más animosa posible creo que deberías rendirte—su mejor amigo se burló de él.

— Voy a comenzar a evaluar mi amistad contigo.

Antes que Bokuto tuviera la oportunidad de responder Kenma cruzó la puerta acompañado de Shirabu, otro miembro de Ravenclaw, yendo directamente a la mesa de su Casa. Tetsuro observó cada movimiento de cerca, miró con atención como se movía su cabello rubio a cada paso que daba, ojeras embelleciendo su rostro como señal de quedarse hasta tarde estudiando para posiciones, ojos ámbar que siempre miraban hacia el suelo y sus delicados labios rosados. Kuroo quería besarlos. 

— Dile a Akaashi que me ayude, te lo ruego—se dirigió a Bokuto con tono suplicante.

— Lo siento, hermano. No puedo involucrar a mi Keiji en tu vida amorosa.

— Solo tiene que ayudarme a poder coincidir en algún lado. No es la gran cosa, hermano.

— No quiero que la relación de ellos dos se estropee si trata de ayudarte.

Kuroo se quedó callado poniendo una expresión de derrota que conmovió a su Bokuto, después de todo desde su segundo año en Hogwarts había estado interesado en Kenma aunque al inicio no fue más que un interés vago y simple pero con el tiempo se convirtió en un sentimiento fuerte, algunos lo podrían llamar amor.

¿Por qué si no era eso que más podría ser? Kuroo sabía que el apetito del Ravenclaw era escaso y apenas probaba bocado en las comidas, conocía la expresión en su rostro cuando el libro que estuviera leyendo esa semana tenía una trama interesante o cuando simplemente lo leía por obligación para alguna tarea escolar, descubrió que sus materias optativas fueron aritmancia y estudió de runas antiguas porque la interacción con otras personas era mínima. 

Había grabado en su cerebro una de las pocas risas que salió del tímido chico cuando el Gryffindor Nishinoya Yuu se tropezó en medio del gran comedor, tenía la teoría de que poseía algún gato como mascota debido a que su túnica siempre estaba cubierta de pelos de alguna clase de felino, y aun con toda esa información ahora al inicio de su quinto año la oración más larga que escucho del chico fue: Te has equivocado, este libro no es mío, dichas después que el Gryffindor le devolvió un libro que claramente no era suyo solo por la oportunidad de hablar con él. 

¡Haikyuu en Hogwarts!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora