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Mia se dejó caer con cansancio sobre el sofá. El reloj que descansaba sobre uno de los muebles del salón marcaba las nueve y cuarto de la noche. Estaba agotada, pero el lado positivo es que había terminado satisfecha tras un largo día de rodajes. Y a pesar de que las cosas con Cody seguían igual de tensas desde la discusión, la chica se había decantado por no darle mayor importancia a aquello y centrarse en lo realmente importante.
—¿Puedo elegir película?
La austriaca gira levemente la cabeza. A su lado, O'Brien se encontraba totalmente centrado en la pantalla del televisor. Mia le había propuesto esa mañana que, ya de paso que ejercía las labores de chófer con ella, esa noche se quedara a dormir en su apartamento, propuesta que Dylan aceptó sin dudarlo ni dos segundos.
—Hoy Leah iba a cenar con los padres de Daniel, ¿no?
—Estaba atacada de los nervios —explica la muchacha.
—Normal, una no conoce a sus suegros todos los días.
Dylan comenzó a rebuscar en Netflix algo interesante para ver, mientras Mia, guiada por el rugido de su estómago, había ido a la cocina en busca de las bolsas de comida china que habían comprado de camino a casa.
—¿Qué te parece "El lobo de WallStreet"?
—Que Leonardo DiCaprio siempre es un sí —acepta la chica dejando la comida sobre la mesa.
—A todo esto —Dylan esta vez aparta la mirada de la televisión y la centra en su mejor amiga—. ¿Qué tal con Saintgnue?
—Bien, supongo.
—A lo que me refiero es si ya estáis oficialmente saliendo o...
—Oficialmente no somos nada a parte de dos amigos que han tenido unas cinco citas en las últimas tres semanas y se besan.
—Tres semanas... —murmura el chico—. ¿Ya han pasado tres semanas?
—Y ya llevamos mes y medio de grabaciones. Cuando nos demos cuenta esto volverá a acabar —responde la chica con una sonrisa triste.
—¿Ya llevas tres semanas sin hablar con Christian?
Mientras Mia se lamentaba por el hecho de que cada vez quedaba menos para despedir oficialmente Teen Wolf, Dylan seguía divagando en el hecho de que habían pasado tres semanas desde la discusión de la austriaca y el de Maine, y que ella y Saintgnue llevaban con un rollo raro desde ese mismo tiempo.
—Y parece que va para largo.
—¿Leah no le ha advertido sobre Megan?
—Lo ha hecho. Le ha explicado de la mejor forma posible que Megan no es la santa que aparenta ser y que no es buena para él.
