17. Rᴇᴀʟ ʟɪғᴇ

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17. Bᴜᴇɴᴏ, sᴏʟᴏ ʜᴀs ᴛᴀʀᴅᴀᴅᴏ ᴇɴ ᴅᴀʀᴛᴇ ᴄᴜᴇɴᴛᴀ...¿ᴅᴏs, ᴛʀᴇs ᴀñᴏs?

Leah se miró una vez más al espejo

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Leah se miró una vez más al espejo. Inspiró con profundidad y, esta vez sí, le dio el visto bueno al atuendo que se había puesto.

Hacía más o menos una hora que Daniel le había mandado un mensaje citándola en la cafetería que solían frecuentar con regularidad, ya que por ese día el muchacho había finalizado su trabajo. Leah no había dudado en aceptar su invitación, y es que quisiese o no tenían que hablar.

—¿Cómo estás?

La más joven de los Christian dirigió su mirada a la puerta, donde pudo ver a su hermano apoyado contra el marco de esta. La chica suspiró.

—Aunque se lo que se viene, no se si estoy preparada —confiesa.

Cody vio en aquel momento una buena oportunidad para acercarse a ella y abrazarla, acto que Leah correspondió de inmediato.

—¿Y tú como estás?

—La chica de la que creía estar enamorado estuvo jugando conmigo casi tres meses. Seis si contamos desde antes de que empezásemos a salir —confiesa—. Se me pasará.

—Las relaciones formales definitivamente no son lo nuestro.

—Ya encontraremos a alguien que de verdad merezca la pena —Cody se separa de su hermana y le sonríe—. Alguien que nos devuelva las mariposas en el estómago y la ilusión.

—Tú ya la tienes —confiesa Leah esbozando una media sonrisa.

Cody iba a hacerse el desentendido, pero había captado de inmediato las palabras de su hermana; y aunque le habría gustado, simplemente no pudo negarlo.

—Nunca fue Megan, ¿verdad?

—Era más sencillo que fuese ella —explica—. Lo hacía todo más fácil.

—¿Entonces me estás confirmando lo que ya sabía? —pregunta la chica con un toque de gracia.

—No lo sé, Leah.

—¿Por qué lo hacéis todo tan complicado? Los dos —las palabras de la más pequeña eran en parte acusadoras—. ¿Por qué es tu amiga? ¿O por qué es la ex de tu mejor amigo?

—No lo sé —repite en un hilo de voz.

—Todos; y cuando digo todos, es absolutamente todos, incluyendo a Sprayberry, Jeff y los hermanos de Mia, hemos visto lo que hay entre vosotros. Los únicos que no lo ven sois vosotros mismos. Y a veces me pregunto si es que sois ciegos o simplemente sois idiotas. 

—Supongo que estaba demasiado absorto en mantener mi amistad con ella que no fui capaz de entender lo que realmente sentía hasta ahora —confiesa.

—Bueno, solo has tardado en darte cuenta...¿dos, tres años? 

(• • • • • • •)

Jueves diecinueve de noviembre. Día de descanso. Ya no solo para Cody, si no también para Mia. Ninguno de los dos saldrían en ninguna de las escenas que se rodarían aquel día; por lo que Jeff les había dado total libertad para hacer lo que mejor se les daba a ambos, tumbarse delante de la televisión y comer. 

Aunque Mia no tardó en planear algo diferente para aquel día. Y tras ponerse su atuendo más cómodo, ir a su cafetería preferida en busca de dos vasos de chocolate caliente para llevar y una bolsa de la mejor bollería del lugar, se presentó en casa de los hermanos Christian. De antemano sabía que Leah no se encontraría allí, ya que esa misma mañana su amiga le había explicado que quedaría con Sharman para resolver sus asuntos pendientes y saber en que parte de su relación estaban.

—¡Hey! ¿Qué haces aquí?

—Las chicas suelen comer chocolate y ver películas tristes tras una ruptura —explica Mia levantando el brazo para enseñarle la bolsa con comida—. Yo traigo mucho chocolate y un maratón de "Deadpool".

—Leah no está, y supongo que no volverá hasta la noche —informa en actor con gracia.

—Es para ti, no para Leah. 

Ante aquella declaración Cody sonríe. Habían pasado exactamente dos días desde que su relación, si es que se le podía llamar así, con Megan había finalizado. Y siendo sinceros sus ánimos esos dos días no habían sido los mejores; por lo que la simple y repentina visita de Mia le había alegrado la tarde.

—Pasa —dice al fin haciéndose a un lado para que la austriaca pudiese adentrarse en la casa.

Rocky no tardó en ir al encuentro de la invitada, y Mia al ver al pequeño animal no tardó en entregarle la merienda a Cody y ponerse de cuclillas para poder coger en brazos al Boston Terrier. 

—¿Qué tal estás? —se atreve a preguntar la chica cuando ambos actores se adentran en el salón.

—¿Y tú?

Mia toma asiento en el sofá, aún con el perro en brazos, y Cody inmediatamente imita su acción y se sienta a su lado.

—He preguntado yo primero.

—Mejor de lo que pensaba, la verdad —confiesa—. Aunque bueno, no mola que te rompan el corazón. 

—No dejes que alguien como ella logre algo como eso. No te merecía, y tú no mereces sufrir por quien no te quería.

—¿Ahora eres poeta? —pregunta con gracia.

La chica ríe y niega. Deja al pequeño animal en el suelo, y del bolsillo de la chaqueta saca un pequeño pendrive donde guardaba las películas elegidas para aquella tarde.

—¿Listo para una tarde post-ruptura para intentar levantar los ánimos? —la media sonrisa que le regaló Cody le sirvió como respuesta. Y bajo la atenta mirada de este, se puso en pie y se acercó al televisor para poder poner las películas.

—Gracias.

—¿Por qué?

—Por absolutamente todo —responde bajando el tono de voz—. Por ser parte de mi vida.

En ese momento Mia se giró y le regaló una sonrisa. Sin responder a lo que había dicho el mayor se acercó a él y lo abrazó. Abrazo que ambos necesitaban, y mucho.

—Gracias a ti, por seguir en la mía —responde la chica en un murmuro separándose unos centímetros de él.

Cody quiso congelar aquel momento y permanecer así eternamente; ellos dos. Sin preocupaciones, sin Megan, sin nadie. Pero todo tiene un fin, y Mia no tardó en separarse del chico cuando su estómago rugió pidiendo comida.

—Que sorpresa —comenta con ironía.

—El día que no tenga hambre preocuparos —responde riéndose.

Aquel fue el incentivo para que Mia pulsase el botón del play dando inicio a la película, a la vez que aprovechaba para apoderarse de un vaso de chocolate y sacar una magdalena de la bolsa. Todo aquello bajo la atenta mirada de Cody, quien permanecía con una sonrisa incrustada en el rostro siguiendo todos los movimientos de su amiga.

Y entonces lo supo, o más bien lo confirmo. Siempre había sido ella. Siempre había sido Mia.

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Mɪᴀ ||Cᴏᴅʏ Cʜʀɪsᴛɪᴀɴ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora