35. Tú ᴛʀᴀɴǫᴜɪʟᴏ, ᴇ ɪɴᴛᴇɴᴛᴀǫᴜᴇɴᴏsᴇᴛᴇᴄᴀɪɢᴀᴇʟᴀɴɪʟʟᴏ.
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—¿Puedes dejar de moverte?
Ante la pregunta de su hermana menor Lukas para en seco. Su expresión y sus actos mostraban nerviosismo, cosa que causó gracia a Mia.
—Nunca pensé que llegarías a asentar la cabeza tanto como para casarte.
—Yo tampoco —admite pasándose las palmas de las manos por los pantalones para secar el sudor que emanaba de estas—. ¿Y si dice que no?
—Lleváis juntos desde los quince años. Eso son ya once años —interviene Max posicionándose junto a su hermano—. Demasiados años aguantándote como para que ahora te diga que no quiere pasar el resto de su vida contigo.
—Pero es una opción.
—Dirá que sí, Lukas. Tranquilízate, ¿quieres?
El chico lentamente asintió con la cabeza, aunque de nuevo los nervios volvieron a controlar su cuerpo y rápidamente negó.
—¿Tú también estabas tan nervioso cuando le pediste matrimonio a mamá?
Tobias se limitó a reir por lo bajo.
Definitivamente lo que Mia había planeado como un par de semanas de desconexión y tranquilidad junto a Cody no estaban siendo lo que en un principio se imagino. Empezando por la presencia de Max, que hasta dentro de dos días no volvía a la universidad, y seguido de Lukas, quien el día anterior se había presentado por sorpresa en casa alegando que venía de fin de semana.
Claro que lo que se escondía detrás de aquel fin de semana era la pedida de mano a Laura, quien en aquellos momentos se encontraba desconectando del trabajo en casa de sus padres.
—¿A dónde la vas a llevar? —interroga Cody apareciendo en la habitación.
—A donde tuvimos nuestra primera cita.
—¿Y eso es...?
—Un pequeño restaurante de comida italiana en el centro del pueblo —explica Mia—. Tiene su encanto, y...ahí fue también donde mi padre le pidió matrimonio a mi madre.
—Así es —afirma el susodicho—. Claro que yo jugaba con la desventaja de que era el mejor amigo de mi futuro cuñado, y a mi suegro no le hizo mucha gracia que empezase a salir con su hija.
—Entonces sí estabas nervioso —afirma Lukas.
—Y tanto, pero tú tranquilo, que todo va a salir bien.
Mia terminó de arreglarle el pelo a su hermano mayor, y tras darle el visto bueno este se miró en el espejo.
