Capítulo 8: ¿...Qué demonios?

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Alexia Louvier:

En la mañana Ethan me envió un mensaje y tuvimos una charla muy divertida. Me fuí a trabajar luego de eso y apenas llegué me llevaron a la sala de maquillaje y peinado, luego fuimos hacia la vestuarista. Esta vez la sesión era de vestidos de gala con espalda abierta, esto se incorporaba también, la mayoría de las veces, en el escote o costados del vestido, tenían desde seda a encaje. Después de terminar justo en mediodía, vamos camino a la salida con Gabriel mientras charlamos.

—¿Y querida? ¿Qué tal la sesión de fotos?–pregunta éste mientras se pone unas gafas de sol.

—Bien. Los vestidos de hoy fueron hermosos, la fotógrafa también. Es muy buena en lo que hace.–digo con una sonrisa mientras me acomodo la chaqueta de cuero que llevo puesta junto a un vestido al cuerpo de los estilos 80' y en mis pies llevo unas zapatillas, a pedido de Mary, todavía no sé por qué.

—Bien. Dime, ¿Quién es Ignis,eh?–dice subiendo las cejas sugerentemente.

—Es un motociclista adonis que me besó justo cuando estaba a punto de cruzar la avenida hace unas semanas.–me sonrojo de solo recordarlo.

—¿ENSERIO? ¿Y hasta ahora me dices? Mary y tu se guardan muchas cosas jugosas–da vuelta la cara con expresión ofendida.–Pero, dime ¿Qué tal está?–lo dice con emoción en la voz, a lo que yo sonrío.

—Como dije antes, es un adonis. Y está muy bien, demasiado diría yo. Eso me molesta, hace que sea mucho peor el estar cerca de él.

—Oh ¿Así que te provoca tirarlo en la cama, arrancarle los pantalones y montarlo hasta que se sacien tus sucios deseos no?–lo dice con una expresión indecente. Me sonrojo furiosamente.

—¡Daniel! Tu... Agh.–gruño de frustración porque lo que dijo es semejante a la realidad.

—Picarona.–sonríe mientras nos acercamos a la salida.

Voy mirando las escalerillas que hay en el suelo para no tropezarme, por lo que no tengo en cuenta la situación o personas que me rodean. Cuando levanto la vista lo veo a él. Ethan, ¿Qué hace aquí? Veo a Daniel y está asombrado mirándolo como si fuera un trozo de carne, y con solo ver la motocicleta ya sabe quién es. Le sonrío a Ethan y, junto a Daniel, nos acercamos. Al llegar miro a Daniel y los presento.

—Daniel, él es Ethan, el chico del que te hablé.–Miro la expresión eufórica que pone.

—¡Tú estás loca! Si no lo quieres, yo lo quiero.–con eso, Ethan entendió que era gay. Por lo que ví como un poco de temor se formaba en su mirada. Aún así me sentí avergonzada.

—Daniel, por dios, ya basta.–dije con las mejillas sonrojadas.

—Discúlpame, soy Daniel Bolleigh, agente de la señorita aquí presente, Alexia Louvier. Una de las modelos más solicitadas en la agencia.–levantó su mano para estrecharla con la de Ethan, lo cual hizo.

—Ethan Holt, dueño de un taller de autos muy famoso en la zona por las pinturas personalizadas y los mejores mecánicos. También tengo tiendas de tatuajes e invierto en empresas grandes.–dijo, a lo que Daniel y yo quedamos asombrados.

—Wow.–dije, a lo que él sonrió.

—Ahora, discúlpanos Daniel, pero tengo que llevar a esta dulzura a su casa–pasó un casco hacia mí para que lo tomara, y en ese momento me percaté que él no tenía por que hacer eso. Y combinado esto con mis hormonas alborotadas, lo más seguro que haría sería saltar sobre su regazo, cosa que no quería. Bueno, si quería, pero no iba a estar tan desesperada.

—Okey, gracias Ignis, pero no lo creo convenien...–Ethan me paró en seco.

—Te llevo, vamos. Daniel, ¿Me harías el favor de llevar luego el auto de Alexia?–Preguntó. Yo solo rogaba porque Daniel dijera que no podía para así no subirme en esa motocicleta y tener que agarrar ese firme abdomen entre mis manos.

Entre tacones y motocicletas [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora