Entre tacones y motocicletas [EN PAUSA]

Capítulo 9: Ahora sufrirán las consecuencias.

Alexia Louvier:

Pasaron aproximadamente unas dos semanas desde ese beso fuera de mi casa, se volvió a repetir la escena varias veces durante la semana. Ethan me iba a buscar al trabajo cada vez que podía, unas tres veces a la semana como máximo y dos como mínimo. Los besos que nos dábamos cuando estábamos frente a la puerta de entrada cada vez subían más de nivel, a veces llevaba a besos en el cuello y hasta ahí ¡No al exhibicionismo público! Aunque sus besos eran igual de malditamente calientes que él, no iba a dejar que otra gente nos viera en pleno acto. Mi adonis era eso. Mío.

Hoy era miércoles, tenía que estar en la agencia a las 9 de la mañana, por lo que me  levanto a las 8:30 a.m. Hago mi rutina habitual, esta vez me visto con unos shorts de gabardina color negro, junto a un top de color blanco y una chaqueta negra al cuerpo de color negra. En mis pies decido llevar unas botas con tacón de color negras, me maquillo con un poco de corrector, delineo mis ojos y aplico iluminador en mis mejillas junto a un labial color vino, me ato el cabello en una coleta con dos mechones en cada lado de mi cara. Salgo camino a la cocina y me preparo el desayuno, cuando veo que son las 8:40 meto las cosas que usé en el lavavajillas, tomo mis llaves junto a mi cartera y mi celular y salgo hacia mi auto después de cerrar la puerta de la casa con seguro.

Entro al auto y lo pongo en marcha, enciendo la radio y salgo camino a la avenida, cuando estoy llegando voy al ritmo de Prisoner de Miley Cyrus y Dua Lipa.
—Prisoner. Prisoner, i can't to get you off my mind, off my mind...–canto al ritmo de la canción, cuando termina ya estoy en la agencia, por lo que me bajo del auto y le pongo seguro. Camino hacia la agencia y me encuentro con Daniel y Mary en la entrada. Mary tuvo vacaciones, por lo que no la ví en todas estas dos semanas, así que hoy aprovecharé para saber como diablos hizo para complotar con Ethan.

—¡Hola preciosa!–me saluda Mary muy sonriente.

—¡Hola! Es bueno verte, tengo unas cosas que discutir contigo.–la miré acusadoramente.—Daniel, buenos días.–le dí un beso en la mejilla.

—Buenos días princesa.–dice sonriente.

—¡Hey! ¿Y mi beso en la mejilla?–comenta indignada.

—Ya tu sabes por qué.—le sonreí. —No te vayas luego de que termine, debemos hablar de tu traición.—le dije mientras caminaba junto a Daniel hacia los vestidores.

—¡Buena suerte Mary!–dijo con una risita.—No te enojes tanto con ella. Aunque no aprecies la traición, sé que aprecias esos besos endemoniadamente buenos que te da tu hombre.

—Eso es cierto.–comenté con las mejillas sonrojadas—Bueno, basta de temas del corazón. ¿Qué toca hoy?–le pregunté con una sonrisa.

—Ay mi vida. Puede que te enojes, pero hoy solo vas a tener descanso en el almuerzo y después debes de seguir con otras fotografías.–me imaginé que podría pasar esto debido a los nuevos diseñadores que querían a las modelos de nuestra agencia. —Eres la más solicitada, por lo que debemos apresurarnos en maquillaje y peinado. Primero tienes la sesión de fotos con ropa deportiva de Ryni, luego los vestidos de gala de Mariel Lawrence, después la ropa casual elegante de Sofisthing, y por último, los trajes de gala reversionados femeninamente de Juls. Esta chica, Juls, es la mejor en lo que hace. Los atuendos de ella tienen sacos de vestir con shorts de color contrario y en la parte superior tiene tops, camisas reversionadas, etc. Para tener solo 20, es la mejor en esto.

—Mi agenda está llena.–suspiré—Oh, y lo que dices de Juls es cierto. La conocí en una pasarela en la que me solicitaron para modelar sus atuendos, es muy amable. Me vió y empezó a diseñar conjuntos en su mente, según ella, tengo el físico perfecto para sus diseños. Cada vez que voy a posar para su diseño, siempre viene y le dice al fotógrafo exactamente lo que quiere y ve. –sonreí recordándola—Bueno Daniel, ¡Manos a la obra!–dije mientras entraba para saludar a Silvie, la peluquera y Gaia, la maquillista.