Luciana
Salí del cuarto de baño me quité la bata y me puse el corsé y después me puse un vestido color rojo de mangas hasta los codos y el cuello recubierto de encaje blanco, até en un moño los lazos del vestido, cepille mi cabello y decidí dejarlo suelto. Una vez lista salí de mi habitación caminé por el pasillo en dirección al jardín ansiosa de sentir la fresca brisa acariciar mis mejillas y hacer bailar mi cabello sin embargo por ir distraída no me percaté que Gabriel venía subiendo las escaleras así que choqué con él lo que provocó que me tambaleara.
—¡cuidado!— me sujetó de la muñeca evitando que cayera.
—lo siento, fue mi culpa por ir distraída— dije colocando mi mano sobre el barandal de mármol blanco he incrustaciones de oro recuperando el equilibrio.
—descuida, ¿no te lastimarte?— preguntó Gabriel mirándome de pies a cabeza asegurándose de que no tubiese algún rasguño.
—no te preocupes, estoy bien.
—bueno... Tengo que irme el rey me necesita con urgencia— besó mi mejilla y siguió de largo.
Descarté la idea de ir al jardín así que volví sobre mis pasos dirigiéndome rápidamente hacia mi habitación, busqué en el cajón de la mesita de noche y encontré una fotografía mía junto a mi primo y al verla más detalladamente esta resbaló de mis manos... Era imposible... Eran idénticos como si se tratara de gemelos, tomé nuevamente la fotógrafa necesitaba una explicación a todo esto así que salí del cuarto llevando la foto conmigo.
Alan
¡Estoy harto!... Estos últimos días he estado bastante ocupado con el asunto de los ataques de los hombres lobo, cada día los ataques son más frecuentes ya que el líder busca vengar la muerte de su novia.
—¿y que sugiere que hagamos?— preguntó Gabriel —el Alfa no se detendrá hasta no vengar la muerte de Sheila. Además ella estaba embarazada, ¿no lo recuerda?
—claro que lo recuerdo— una macabra sonrisa se formó en mi rostro —he incluso recuerdo haber matado a su engendro junto con ella... — todos los ahí presentes guardaron silencio generándose un ambiente de tención.
Con todo esto no he tenido tiempo de estar con mi Luciana, la última vez que estuvimos juntos fue lo más maravilloso que me haya pasado logrando olvidar todos mis asuntos por un momento, sin embargo el acabar con esos perros mugrosos me a obligado a dejarla sola. Ansiaba tanto tenerla entre mis brazos oler su dulce aroma y probar su exquisita sangre.
Gabriel
La actitud del rey ya no es ninguna sorpresa él siempre es así solo su novia es capaz de mantenerlo tranquilo, hablando de ella cada vez que estoy cerca suyo no me quita la mirada de encima como si me analizara sin dejar escapar el más mínimo detalle... Creí que el borrar sus recuerdos sería permanente, sin embargo veo que no fue así.
De pronto la puerta se abrió de golpe y entró una muy inquieta Luciana.
—¿que sucede mi amor?— preguntó el rey acercándose a ella.
—Gabriel ¿tú eres el de la fotografía?— ella me mostró una fotografía y todoas las miradas se dirigieron hacia mi.
—creo que ya debes saberlo.... Luciana yo... Soy tu primo.
—¿que?... No es posible... Si tú eres mi primo ¿por qué eres un vampiro?— decía ella alterada y sin comprender absolutamente nada.
—tranquilízate querida— dijo Alan tratando de calmarla mientras la rodeaba con sus brazos.
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el alma del vampiro
Vampireella es una muchacha común y corriente, dulce, tierna de nobles sentimientos pero muy frágil el es el rey de los vampiros alguien frío, malvado y carente de cualquier tipo de sentimiento el está en busca de su alma gemela ella quiere una vida mejor...