Capítulo Diecinueve.

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3/4.

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TaeIl gruñía en voz baja mientras caminaba desganado a la facultad de música.

Habiendo casi cuarenta personas en el salón, el profesor tuvo que mandarlo a él a buscar su maletín perdido en la facultad de música. Y para variar, era otoño. TaeIl odiaba el otoño porque era medio alérgico y siempre estaba fañoso para esos días.

Una repentina ventisca fría lo hizo acurrucarse dentro de su abrigo pardo. Genial, refunfuñó, si me resfrío mamá no me dejará salir de mi cuarto y KinJong vendrá a romperle las tripas a quien haya hecho resfriarme.

Rió en voz baja ante la idea de KinJong peleando con su profesor.

En realidad, KinJong, en general, le gustaba para su mamá. Era un alfa cuidadoso, amoroso y paciente, además de extremadamente protector con su mamá sin llegar a ser obsesivo.

Cuando TaeIl se presentó, KinJong estuvo ahí como figura paterna para cuidarlo y hacerlo sentirse a salvo, prometiendo que si algún idiota algún día llegaba a sobrepasarse con él, rompería el juramento policial de no cometer ningún delito y sería capaz de matar.

TaeIl en serio no podía esperar para que naciera su hermana y viera los fantásticos padres que tenía.

Un estornudo lo hizo volver a sus pensamientos enfurruñados. Odiaba el otoño y odiaba al profesor tan olvidadizo que le había tocado.

Sin embargo, una repentina calidez abrigándolo como una manta lo hizo detenerse. Cuando subió la vista, lo primero que vio fue un despampanante cabello rubio y una sonrisa socarrona y amable al mismo tiempo. El chico era alto, mucho más alto que él, y definitivamente no estudiaba literatura. TaeIl definitivamente recordaría su cara.

Un alfa. Un alfa con aroma a sándalo y lirios.

—¿Qu...?

—El frío es algo relativo, ¿no crees? —comentó con su sonrisa alocada. Antes de que TaeIl pudiese comentar algo, el chico continuó—. Algunas personas lo aman, como yo. Mientras otros lo odian, como tú. Yo creo que depende de la perspectiva de cada quien. Depende de que punto de vista lo mires.

TaeIl no sabía por donde empezar. ¿Quién era este chico? ¿De qué demonios estaba hablando?

—En realidad es algo loco. Si lo miras desde el punto malo, el frío puede causarte hipotermia y morir. Además, dificulta el movimiento de los músculos debido a su contracción para mantener el calor. El calor hace que se te baje la presión debido a las altas temperaturas, además, es mucho más incómodo caminar completamente sudado y sin energías que caminar con frío pero bien abrigado y un café caliente, o un chocolate o un té, depende de los gus...

—¿Quién eres? —le interrumpió TaeIl, mirándolo con una mueca extraña. Quería mirarlo raro por tratarlo tan informalmente y reírse al mismo tiempo por las cosas que salían de su boca.

El alfa estiró la mano hacia adelante, haciendo que una pequeña mota de su aroma llegara a las fosas nasales de TaeIl.

—Ji HanSol, pero llámame HanSol.

TaeIl quiso corresponder el gesto, pero en cambio, lo miró serio.

—¿Cuántos años tienes?

HanSol soltó una corta carcajada.

—¡Casi dieciocho inviernos! Aunque para la gente parezca poco para mí es suficiente. Ah, diecisiete es una edad tan tonta...

TaeIl, en lugar de responder con su nombre u otra cosa, tomó al juvenil alfa por las orejas y gruñó.

Bitter. [JohnIl] [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora