Capítulo Dieciséis.

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POR FAVOR LEER NOTA AL FINAL DEL CAPÍTULO.

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Su cuerpo se resumía en un dolor sordo que no lo dejaba moverse.

Ya habían pasado las veinticuatro horas completas desde el incidente, y llegados a ese punto, por lo menos ya podía escuchar, moverse y hablar.

Durante la mañana, además del cambio de vía, varios doctores examinaron sus heridas dando con el diagnóstico de que no había nada malo a nivel neuronal, y que su cerebro estaba a salvo. La fisura de su cráneo tardaría dos o tres semanas en cerrarse completamente. La única costilla rota ya estaba empezando a sanar y sus quemaduras necesitarían casi el mismo tiempo para curarse.

Por supuesto, en todo ese rato, TaeIl no se apartó de él.

John no tenía idea de qué tanto necesitaba a su omega hasta que abrió los ojos y lo vio acuclillado al lado de su camilla el día de ayer. Un sentimiento parecido a una alegría eufórica y un terror absoluto embargó sus sentidos y lo hizo estremecerse. Lloró prácticamente hasta que el dolor de cabeza ganó la batalla.

En esos instantes, TaeIl estaba sentado al lado de él. Hacía rato había terminado de leer Las Mil y Una Noches y ahora se encontraba mirándolo en silencio.

—¿Cómo te sientes? —preguntó con voz tan suave que el alfa interior de John ronroneó.

—Mareado. —contestó con voz ronca. No habían hablado mucho a excepción de cuando le contó todo lo que había pasado; el ambiente entre ellos tenía un matiz extraño. Era agradable, pero había algo de incomodidad en medio de toda esa bruma—. ¿Y tú?

—¿Yo? —el omega se rascó la mejilla—. Me siento bastante bien.

—¿Dormiste bien? —el alfa trató de levantarse un poco, pero un tenue dolor, parecido a una queja de parte de su cuerpo, se lo impidió. Al notarlo, TaeIl se le acercó y lo atajó por los hombros mientras negaba con la cabeza. Ahora lo veía más de cerca, el alfa notó una mancha ligeramente más clara que su piel en el rostro de su omega. Confirmando su teoría, el tenue olor a maquillaje llegó a su nariz, haciéndolo fruncir el ceño—. ¿Estás usando maquillaje?

Al verse descubierto, el omega bajó la vista, sintiéndose repentinamente avergonzado por su acción. Johnny levantó la mano derecha y pasó el pulgar delicadamente por su pómulo, haciendo un poco de fuerza para que el mayor lo mirara directamente a los ojos. El dedo se paseó por esa área lo suficiente para sacar el maquillaje, y cuando vio lo que la crema escondía, su corazón se detuvo un latido.

Su piel estaba tan morateada que resultaba doloroso verlo.

No era necesario preguntar quién fue el agresor. Y en realidad, lo que le molestaba y hacía sentirse verdaderamente inútil era el uso del maquillaje, porque TaeIl nunca había mostrado una intención de esconder su situación familiar de él. ¿Por qué ahora sí?

—Oye, hey. —el omega acunó la cara del alfa entre sus palmas mientras lo miraba enternecido—. No te sientas mal, alfa. Estás herido, no quería preocuparte de...

—¿Dónde más te pegó? —le interrumpió. 

—Sólo fue un golpe, lo juro por mamá. —para validar sus palabras, tomó un pañuelo gris que tenía en el bolsillo de su pantalón y se lo pasó por la cara. Cuando todo el maquillaje fue removido de su rostro, John sintió una furia súbita arremolinarse en su pecho. Un moratón que iba desde su ojo hasta su pómulo arruinaba su bonito rostro. Era una suerte que el ojo sólo estuviera tan vagamente hinchado que apenas era notable a simple vista.

Bitter. [JohnIl] [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora