—Eh... ¿TaeIl?
El mayor se sobresaltó. Se había hundido en sus pensamientos y apenas recordaba que estaba encima del menor, apunto de contarle su complicada vida familiar; las caricias en su espalda baja seguían allí, erizándole el vello.
Su lobo ronroneaba contento. Los mimos del alfa siempre lo hacían sentir muy... omega. Demasiado sumiso y dispuesto para él, sólo para él.
—YoungHo... —masculló mirándole directamente. El alfa sintió cada nervio de su cuerpo se estremecía ante la mirada profunda del omega.
—Si no quieres decirme, lo entenderé. —el alfa lo miró preocupado—. Puedes hacerlo cuando te sientas preparado...
TaeIl negó fervientemente con la cabeza.
—Quiero hacerlo. —miró directamente hacia el menor y se sintió cohibido ante la mirada dulce que recibía—. Sólo ocúpate de escucharme.
Johnny soltó una risita antes de asentir con la cabeza. Por su parte, TaeIl se inclinó hacia adelante y abrazó el fornido cuerpo del alfa, abrigándose en su cuello. Sus heridas protestaron por el movimiento, pero decidió ignorarlas.
—KinJong... él es... ludópata. —empezó; el cuerpo bajo su tacto se estremeció ante el choque de su aliento en la piel sensible del cuello, allí donde la glándula de olor hacía su trabajo. El omega inspiró el aroma para tranquilizarse—. Al principio no era más que una manera de distracción, pero luego se fue por las nubes, llegó incluso al punto de apostar el anillo de bodas de mamá, y mi antigüo teléfono. —el alfa impartía caricias en su espalda que lo adormecían un poco—. Bebía, y bebía sin fondo, volviéndose un adicto en todo el sentido de la palabra. Entonces fue perdiendo dinero en las apuestas, y... —un crudo estremecimiento cruzó el cuerpo del omega—... él se desahoga conmigo.
—¿De qué forma?
—... golpes. —masculló, sintiendo que una tonelada de peso salía de sus hombros; John tenía una ligera sospecha de qué podría estar pasando, pero que TaeIl se lo confirmara era igual de sorprendente y pesado por partes iguales. Su alfa gruñó protectoramente—. Demasiados golpes. Y al ser alfa no hay nada que yo pueda hacer... a-además, es je... jefe de policía del estado y... —sollozó. Al instante, un quejido de dolor salió de su boca. Las heridas le palpitaban.
—Respira, cariño. Si sollozas te dolerá más. —John se inclinó hacia adelante y posó sus manos en las mejillas del contrario, obligándolo dulcemente a observarlo a él. TaeIl inspiró temblorosamente por la nariz y botó el aire por la boca en un suspiro—. Eso es. Tranquilo.
Mientras TaeIl se ocupaba de controlar los espasmos, John acariciaba con ternura la piel bajo sus palmas. Inevitablemente, su vista descendió a los labios del omega, esos que se entreabrían para dejar escapar el intercambio de gases en su cuerpo. Eran gruesos, rosados y sanos. La boca se le hizo agua por querer probar aunque sea una gota de aquel paraíso.
Pero no. Tenía que controlarse. Primero el cortejo, después todo lo demás.
Al cabo de unos minutos, TaeIl logró calmarse. John esperó unos segundos por si se volvía alterar, y luego cuestionó.
—¿Jefe de policía?
—¿Te suena el capitán de la Policía de Seúl Lee KinJong?
—No. No me suena. —frunció los labios, confundido—. ¿Lee? ¿No usas su apellido?
—No. Tengo el apellido de mi padre biológico.
John sonrió.
—Menos mal. Tu apellido es hermoso.
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Bitter. [JohnIl] [CANCELADA]
Fanfiction❝Donde Johnny, el estudiante de intercambio, se enamora loca y profundamente del chico amargado de su nueva universidad❞.