Capítulo Catorce.

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TaeIl avanzó a través de las mesas con agilidad profesional hasta entregar su pedido correspondiente a la joven pareja que le esperaba.

Habían pasado tres días desde su celo, y ahora, ya se encontraba lo suficientemente cuerdo y sano para volver a su rutina.

Los reguladores lo habían ayudado mucho, eso y la compañía constante de John fueron su salvavidas el tiempo que duró su celo. Claro que recordar cómo se comportó esos días lo hacía sonrojar hasta lo impensable. No sabía como John pudo soportarlo todo ese tiempo.

—Hyung. —Yuta lo miró con una sonrisa confidencial en cuanto TaeIl volvió a la cocina—. Toma. El especial de la mesa quince y la sopa de la mesa ocho.

Suspiró antes de tomar los respectivos pedidos. El restaurante no era demasiado grande. Ocupaba sólo dieciocho mesas y un pequeño balcón en el piso de arriba con cuatro más. Era de aspecto rústico y hogareño. Las paredes eran de color ocre, adornadas por luces blancas que daban un aire íntimo al lugar.

Trabajaba allí desde hace un par de años, y de hecho, fue gracias a este trabajo que pudo retomar sus estudios. Su jefa había sido muy comprensiva con él, comportándose como una segunda madre, adelantándole los pagos, ayudándolo con sus deberes, dándole de comer cuando el omega no lo había hecho...

TaeIl le tenía un cariño especial.

El restaurante, en ese momento, estaba lleno hasta tal punto que había gente de pie esperando para ocupar una mesa. El omega sintió un revoltijo en el estómago. Las propinas de ese día serían exorbitantes.

Dejó ambos pedidos en sus respectivas mesas, volviendo a la cocina con pasos rápidos. Cuando entró, los cuatro cocineros estaban tan ocupados que ninguno volvió a verlo. El único que sí lo hizo fue SiCheng, que esperaba por los pedidos apoyado en la encimera más grande de la cocina. Se le notaba aburrido y atento al mismo tiempo. Su ceño estaba ligeramente fruncido.

Justo cuando el pelirrojo planeaba acercarse a él para entablar una conversación, el sonido de la notificación de su celular lo detuvo. Le había llegado un mensaje de kakaotalk.

Extrañamente, el remitente no tenía foto de perfil, y tampoco era coreano, pues su número comenzaba con un siete. Confundido, el omega decidió abrir la conversación, preparándose para recibir un link con virus o algo parecido. No era la primera vez que le pasaba.

[+7 xxx xxx xx]

Oppa!
[14:35pm]

¿Quién es?
[14:35pm]

Oppa, soy yo! YeRin!
[14:36pm]

[+7 xxx xxx xx ha enviado una foto].

El omega detuvo abruptamente todo lo que estaba haciendo

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El omega detuvo abruptamente todo lo que estaba haciendo.

Su lobo aulló temblorosamente. Él mismo sentía que se iba a desmayar si no conseguía estabilizarse antes. Con ojos frenéticos analizó la foto hasta guardarse cada detalle de ese pequeño e inmaculado rostro en su memoria. El corazón le latía con nostalgia y felicidad.

Bitter. [JohnIl] [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora