Hydra A. Black [Bill Weasley]

Capitulo 4.

Hydra entro a su hogar con una sonrisa, su elfo domestico si que hacia su trabajo manteniendo limpia su casa, dio una mirada rápida por el lugar hasta caminar directamente a la chimenea, había una foto de sus padres, no había un contexto de la foto, solo que aquella imagen demostraba firmemente, el amor que ellos se tenían.

—Ven, tienes que subir a conocer tu habitación. -Una voz interrumpió sus pensamientos, era Remus. —Se que la hicieron cuando naciste, pero con Sirius la remodelamos, ya que no creíamos que cabrias en una cuna.

—Muchas gracias, Rem, estoy segura que me encantara.

Iban subiendo las escaleras hasta que sintieron un grito.

—¡Como te atreves a traer un licántropo a la ancestral casa Black! ¡Como osas a persuadir a tu sobrina! ¡Sucio traidor de sa... -Sirius cubrió el cuadro de su madre rápidamente, haciendo que los gritos cesaran y los tres se miraron para luego reír.

—Esa es tu dulce abuela. -Dijo Sirius observando con cierto recelo.

—No se ve muy dulce que digamos, hay que mantenerla cubierta, grita mucho. -Hablo finalmente Hydra mientras se acomodaba su chaqueta, se sonreían los tres hasta llegar a la habitación.

Curiosamente, su habitación era la de su abuela, probablemente por ser la mas grande en la casa y además de quedar frente a la de su padre, Regulus, toco la puerta que algún día fue de su papá para luego girarse y entrar a la suya.

Era digna de una reina, era una habitación gigante, la luz del día alumbraba a la perfección, el color celeste pálido daba un brillo extra, acorto la distancia con su closet y lo abrió para encontrarse con su ropa, ordenada por tamaños y colores, sus zapatos estaban sobre unas repisas, podría jurar que ahí habían más zapatos de los que ella tenía.

Observo a su lado izquierdo, tenia un espejo gigante o lo suficiente para alcanzar a verse pequeña frente a el.

Su lado derecho, tenia un cuadro gigante, en el cual estaba retratada la familia Delacour y Hydra, ese era claramente un regalo de su familia Francesa.

Giro sobre su eje para luego mirar hacia arriba, la decoración se veía escogida prolijamente, incluso los detalles del candelabro que colgaba eran muy fascinantes, se podría decir que eran de oros, por lo que asumió, que era una de las tantas reliquias de los Black.

—Es... simplemente maravillosa, Dios, miren todos estos detalles. -Hydra estaba llorando, se giro ante los dos adultos y simplemente los abrazo. —No se preocupen, suelo llorar cuando me gusta mucho algo.

—Nos alegra, supimos de muy buena fuente, que el color favorito de tu madre era el celeste pálido y el oro claramente venia de los Black, tienes lo mejor de dos mundos. -Sirius mencionaba mientras acariciaba la rubia cabellera de su sobrina.

—Kreacher no quiere interrumpir a sus amos, pero la cena esta servida y la señorita Hydra debe comer. -El elfo los miraba apurándolos.

Los tres bajaron en silencio y cenaron, aquella tarde, Remus sintió tener una familia, Sirius sentía que recuperaba parte de su familia y Hydra, ella tenia una parte de su familia, los Delacour eran su segunda familia, ellos le habían dado sus valores y siempre habían velado por su seguridad, pero tener a Sirius era como tener a su padre.