Dos de Abril, 1980
—¡Reg! Tienes que llevarte a la niña, tienes que salvarla a ella. -La desesperación en su voz no daba buena señal y Regulus sabia eso. —Sabes que vendrán por mi en cualquier momento y te aseguro que si la ven no tendrán piedad por ella, tu sabes como son.
Frustrado se levanto y camino hacia su bebe, Hydra Black dormía plácidamente en su cuna de madera, Regulus volvió a mirar a su esposa, los tenían rastreados a los tres, incluyendo a una bebe que ni siquiera era capaz de distinguir entre el bien y el mal.
—Si te dejo, ellos te torturaran hasta saber donde estamos, no podre vivir con eso, no, ¡No! -Se sentó a un costado de la cama mientras lloraba, su esposa, el amor de su vida, no imaginaba perderla. —Aurora, nos podemos ir, los tres, desaparecer del mapa.
Ella le dio una sonrisa que se mostraba como una mueca, Aurora Black Rosier, había dado a luz a su hija hace ocho meses y desde entonces había recibido una maldición que no le permitía salir de su casa sin que sus piernas comenzaran a sangrar junto a un dolor que ella describía como si recibiera la maldición Cruciatus.
—Regulus, si le hacen daño a Hydra, yo no podre vivir con eso, siempre dicen que las madres saben los sacrificios que hacer por sus hijos y tristemente el mío es que me tengo que separar de ella, quiero que viva una vida donde ella sea libre, pueda decidir su destino, yo quiero que Hydra sea la mujer mas feliz, no quiero que sea condenada a casarse con un sangre pura con mucho dinero.
Como si la bebe hubiese sentido que era una despedida, se despertó llorando, su madre se levanto y la cargo mientras dejaba besos sobre su frente, Hydra abrió sus ojos, azules como el cielo, le dio una sonrisa a su madre que le transmitió tranquilidad.
Su padre camino hacia una cámara que habían conseguido meses antes del nacimiento de la niña, donde capturaban cada momento que pudieran, tomo la foto de su esposa junto a la bebe y dejo la imagen que se movía sobre un álbum.
Aurora no era capaz de hablar, solo abrazarla y dejar besos sobre su cabeza, se estaba despidiendo de su hija, si creía que el dolor de sus piernas era fuerte cuando salía, su corazón le estaba enseñando que no era así, el amor de una madre era eterno eso lo había aprendido cada vez que observaba a su hija reír, comer y dormir, al igual que el dolor de una madre al dejar ir a su única hija, sintió que ese fue el dolor más grande.
Se despidió con lagrimas de su bebe, entregándola a Kreacher, el cual desapareció en cosa de segundos, llevándose un trozo del corazón de Aurora con el.
Regulus abrazo a su esposa, prometiéndole que volvería, que todo acabaría y que Hydra estaría con ellos, serian una familia perfecta.
La Rosier tomo un Cofre de oro, dejando las cartas que contenian su historia para su hija y el álbum de fotos, abrazo el cofre, como si se despidiera de sus recuerdos.
Cuando Aurora vio desaparecer a su esposo, cayo de rodillas mientras lloraba, tomo uno de los juguetes de su hija y espero, espero que volvieran, que había sido todo una pesadilla, pero no fue así.
Ellos habían traicionado a "El señor tenebroso" y eso no seria perdonado, pasaban las horas y sentía la soledad golpearla, quería a su hija, pero tenia que sacrificarse por ella.
El día tres de abril, su puerta se abrió, dejando ver a una de las madrinas de su boda, Bellatrix Lestrange, pero ella no venia sola, estaba su hermano Evan Rosier y Barty Crouch Jr.
Tras horas de torturas, dos de los mortifagos abandonaron la habitación dejando a Aurora en el suelo a un costado de la cuna de su hija, Aurora solo podía pensar en una cosa, su hija estaba a salvo.
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Hydra A. Black [Bill Weasley]
FanfictionRegulus Black se dio cuenta tarde de que lado de la historia quería estar y eso le costo la vida de su esposa, tomo a su hija en sus brazos y la dejo en junto a la única persona en la que podía confiar, Monsier Delacour. Si el creía que la despedida...