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Ya habían pasado los primeros seis meses, era hora de ir a presentar los avances.

No hubo necesidad de que la familia real enviase un carruaje, Link tenía la tableta sheikah en sus manos, el rubio revisaba las imágenes que había capturado cada semana y cada mes de cada sección en la fortaleza de Hatelia para mostrar sus avances ante los demás.

El estómago hacía muchos ruidos; Antes del incidente se había levantado para cocinar algo que comería a hurtadillas hasta que se dió cuenta que Eria no estaba, eso le costó un flechazo, literalmente.

Sentado al pie del árbol donde solía acompañarlo Revali, el espadachín suspiró.

Empezó a oler la mantequilla de cabra derretirse en la olla, luego olor del trigo de Tabantha, combinarse con una pizca de halita finalmente pudo olfatear el ingrediente final, pescado; Hambriento, se puso de pie, acercándose a pasos sigilosos se asomó para ver la comida en elaboración por encima del hombro del orni quien cocinaba sentado e inmediatamente detectó su presencia -Caballerito, cocinar toma su tiempo, ¿¡PODRÍAS ALEJARTE Y DEJARME COCINAR EN PAZ!?-exclamó con cierta irritación.

Link dió un salto hacia atrás y se alejó de inmediato asintiendo volviendo a donde antes con la cabeza baja, el arquero miró de reojo al contrario, parecía ver un cachorro regañado.

Aquellos seis meses habían sido raros para aquel rubio, el reto de recolectar materiales había sido divertido, pudo ver una parte del campeón orni que no había conocido, ¿compañerismo le decían? Pero después de decirle su edad, la postura del mayor cambió, pasó una semana distante para después volver a los retos.

Los retos empezaban después de hacer sus labores de supervisión donde el arquero traducía su lenguaje a los demás; le retaba sobre quién podía cargar más peso con sus brazos, quién podía comer más rápido, quién resistía más el frío de la madrugada, quién podía resistir más en ayunas (reto que Link perdió casi inmediatamente) y finalmente el reto de encontrar más piezas; Pero nunca volvieron a estrechar manos después de eso, a veces era divertido, pero no como aquella ocasión; Revali se iba volando con la excusa de mantener una rutina de entrenamiento, él también había establecido un par de horas para mantener su maestría con la espada.

Sin embargo, era como si el campeón orni quisiera probarle algo o probarse algo. No entendía los sentimientos de la gente, de nadie, tardaba mucho en comprender el sentir de los demás cuando no eran directos con él.

Eso le quedó muy claro cuando su hermanita le gritó hacía tan solo una hora su sentir, pero no entendió por qué empezó a llorar repentinamente, se echó para atrás apoyando su espalda contra el tronco del árbol, llevó una mano a cubrir sus ojos y otra al estómago, tenía tanta hambre como confusión.

¿Acaso era tan terrible hermano?¿Tan terrible compañero de trabajo? Ah, incluso si conseguía pareja estaba seguro que arruinaría muchas cosas, por eso le daba miedo relacionarse con la gente, los sentimientos eran algo tan complicado. Por primera vez no pensaba en comida.

-Es increíble que esté sosteniendo pescado de hojaldre frente a ti y no me hayas arrancado las alas para conseguirlo- escuchó, destapó sus ojos para ver al emplumado con algo humeante entre sus alas, bajó su vista para encontrarse con un platillo típico de los orni.

Inmediatamente el menor enderezó su espalda y estiró su mano para conseguir aquel manjar, definitivamente tenía hambre, Revali lo hizo a un lado levantando aquel plato tan alto como podía -Primero déjame decirte algo-

No era posible que le dijera algo primero o hacer el hambre del espadachín esperar; Link gruñó como un genuino lobo al ver que alejaban la comida de sus manos, Revali rodó los ojos y puso la comida en sus manos.

Una sonrisa se dibujó en el rubio mientras empezaba a comer, en aquellos seis meses aprendió que el espadachín comía la misma cantidad que cinco hylianos famélicos o más.

Comía gustoso, las láminas de hojaldre tronando ante sus mordidas combinado con el pescado asado, era tan delicioso; Revali cruzó sus alas, estaba ante un niño.

Bueno, ya tenía 18 años pero las expresiones de regocijo al comer eran iguales a cuando los polluelos de su aldea entraban a sus casas después de oler salmón asado o cualquier otro platillo que preparaban sus padres u madres.

A pesar de disfrutarlo; Link terminó de inmediato la comida, Revali abrió su pico pero el espadachín empezó a gesticular

Debemos de prepararnos para reunirnos con la princesa.

Vió como el menor se levantó rápidamente para entrar a su tienda, Revali suspiró e hizo lo mismo, se dirigió a una tienda en el límite de las construcciones, un poco más alejada que la de Link.

Era un lugar amplio , con un escritorio, una copia del mapa que Link le había dado después de robar el suyo, su diario, una hamaca; Una alforja más grande donde guardaba sus flechas, guardarropa y accesorios.

Se sentó en su escritorio donde se encontraba el diario; Lo abrió, había escrito al menos una vez a la semana en este desde que empezó su rutina en las construcciones, necesitaba alguien con quien hablar pero la única fuente de desahogo cerca era ... Su diario.

Lo abrió, la última entrada fue antier, pero necesitaba desahogarse; Empezó a escribir:

"Agosto 22:
Aquí vamos otra vez... Odio escribir; He recibido una carta de Tyto preguntando cuándo iré de visita, la niñ-Eria ha mejorado mucho para ser una hyliana, Link nos descubrió y hubo un incómodo enfrentamiento entre hermanos donde el chico terminó hablando, al parecer no hablaba por pretención; Creo que hay algo en él que le hace mudo... De todas maneras, no es asunto mío. Por otro lado, debo pedirle disculpas, técnicamente provoqué esa pelea entre hermanos...Son unas personas tolerables después de todo."

Realmente no sabía ya si lo odiaba, si lo envidiaba, su familia había sido amable y Link mostraba siempre ser digno de su respeto, ¿Entonces exactamente qué sentía?

Cerró su diario y lo guardó en la alforja grande, se ajustó su armadura, acomodó la bufanda de campeón, pasó un ala por sus trenzas, todo en orden. Al salir de la tienda vió a Arn abrazando fuertemente a su hijo; Link estaba usando el uniforme de guardia real.

El rubio creía que lo más indicado sería asistir con ese flamante uniforme, se sentía raro, aún no se acostumbraba ni se sentía digno; Pero salir y ver la expresión en el rostro de su padre fue...Invaluable.

Arn despertó sin ver a sus dos hijos, asumiendo que salieron porque Eria quería colectar cosas, tomó sus materiales para darle mantenimiento a las herramientas de la construcción, al regresar a su tienda se topó a su hijo portando el uniforme de la guardia real, se veía tan grande, parecía brillar en la luz de la mañana.

Link le saludó con la mano, el anciano, sin contener el orgullo que sentía le abrazó -Haz crecido tanto, estoy orgulloso de ti - susurró, su hijo le correspondió al abrazo con una sonrisa apenada como feliz.

Revali carraspeó la garganta para interrumpir el momento, más que nada porque quería ver el nuevo aditamento del caballerito; El espadachín pareció entender el deseo del orni, volteó quedando cara a cara; Con media sonrisa dibujada hizo un saludo inclinando la boina del uniforme junto con una reverencia.

El arquero sintió las plumas esponjarse a medida que le miraba, sobre todo ese saludo y la sonrisa que se daba como pícara, con el atuendo aparentaba ser mayor, probablemente por los colores oscuros, los hilos dorados que combinaban con su cabellera, el azul marino incrementaron la intensidad de sus ojos azules y el rojo mostraba la pasión del espadachín; Era como presenciar a un príncipe hyliano.

-Te vez bien Linky, al parecer pudiste llenar los pantalones de ese uniforme- dijo manteniendo la mayor tranquilidad posible.

(DIECISIETEAVO CAPÍTULO; Ya vamos a tocar lo que estará floreciendo entre ambos, Link está enamorado de la cocina de Revali y Revali está conflictuado por la edad de Link pero también le están dando ganas con el amigo , We'll see what happens next )

Propósito [COMPLETADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora