27 de octubre de 2018
Ese día y, a pesar de que Jake no estaba a mi lado cuando desperté, me levanté de buen humor. Positiva, incluso. Desayuné con mi padre por la mañana, recogí mi habitación y terminé todos mis trabajos antes de las cinco de la tarde. Estuve estudiando para el examen de conducir y, sobre las once de la noche, llamé a Jake por teléfono. Después de todo, él me había prometido que las llamadas nocturnas regresarían.
—Hola —me saludó. Se le escuchaba un poco desanimado, pero estaba segura de que eso no tenía nada que ver con mi llamada.
—Hola, ¿qué tal todo? —pregunté mientras abría uno de mis botes de pintauñas.
—Bien. Un poco cansado, eso es todo.
—¿Ha pasado algo con tu familia?
El día anterior habían llegado a Bedoa los tíos y las primas de Jake. Según me había contado, se llevaba bien con todos ellos, así que deduje que el problema se encontraba en otros miembros de su familia. En sus padres, concretamente.
Jake soltó un suspiro pesado antes de responder a mi pregunta.
—Kate se ha peleado con mis padres por algo que ellos consideran una tontería.
—¿Y lo es?
—¿La verdad? Yo creo que no —admitió —. Quiero decir, visto desde otro punto de vista sí lo es. Básicamente, se ha enfadado porque tiene que dejarle la habitación a mis primas durante una noche. Si le preguntas a mis padres, te dirán que ha sido exactamente eso; Kate comportándose como la niña inmadura y maniática que es.
A decir verdad, yo no consideraba que Kate fuera nada de eso. Entendía que pudiera llegar a ser inmadura en algunos casos pero, al fin y al cabo, tenía dieciséis años. Los adolescentes son así: irracionales y dramáticos.
—Te juro que parece que cada decisión que toman es para jodernos. Sobre todo a Kate, que es a la que más le afectan —dijo —. Me tienen harto.
—Pero, ¿qué es lo que ha hecho que se enfade? Pensaba que tus primas os caían bien.
—Sí, si el problema no son ellas. El problema es que mi hermana tiene unas manías muy concretas y mis padres no se molestan en entenderla. Kate siempre ha sido muy controladora y cuadriculada. Le agobia muchísimo que toquen sus cosas o que hagan planes sin consultárselos antes.
»Tiene que trabajar en ello porque, obviamente, que tus primas ocupen tu habitación durante una noche no es el fin del mundo. Pero la cosa es que las manías no se van de un día para otro. La gente no puede cambiar en una noche simplemente porque a ti te convenga que lo hagan.
Eso yo lo tenía muy claro. Recuerdo que, cuando mi madre aún vivía con mi padre y conmigo, durante la época más dura de mi desorden alimenticio, ella siempre se enfadaba porque le parecía egoísta por mi parte el hecho de que me costara tanto comer.
—Total, que mi hermana ya venía estresada de por sí, y esto ha acabado con su paciencia. Y ahora estoy en una cama que no es la mía, rodeado de objetos que no puedo tocar si aprecio mi vida. —No pude evitar soltar una carcajada al imaginármelo en la habitación de Kate —. Yo me juego el pescuezo y tú te ríes de mis desgracias. Muy bonito, Ems.
—Perdón —me disculpé, aún divertida —. ¿Por qué has acabado tú ahí? ¿Dónde está Kate? ¿Y tus primas?
—Kate se ha ido de casa tras la discusión con mis padres y yo les he dicho a mis primas que duerman en mi habitación.
—¿Has hecho eso por Kate? —pregunté, aunque ya sabía cuál sería la respuesta.
—Sí. A mí no me importa mucho. Lo único que me molesta es no poder jugar al ordenador ahora.
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Emily & Jake ✔️
RomanceDe la amistad al amor no hay solo un paso. Hay muros y barreras que hay que estar dispuesto a derribar o a dejar caer. ... Emily tiene un pasado que le gustaría dejar atrás, unos miedos de los que no le ha hablado nadie. A lo largo de los años ha id...