7 de octubre de 2018
Decantarme por un vestido de tirantes no fue mi mejor idea. A pesar de que llevaba puesta una cazadora negra encima, me estaba muriendo de frío. Era de noche y el viento otoñal soplaba con fuerza, cosa que debería haber previsto dado que nos encontrábamos a principios de octubre. Sin embargo, había optado por ponerme ese vestido blanco y ligero que, además de cómodo, resaltaba el tono bronceado de mi piel.
Entré al edificio tiritando y me encontré a una señora en el ascensor que me dedicó una mirada muy juzgadora. Seguro que pensaba que era tonta por llevar algo tan ligero con el tiempo que hacía fuera. No podía culparla; en estos momentos yo misma me sentía estúpida.
Toqué al timbre y esperé a que alguien me abriera. Cuando la puerta se abrió, no pude evitar mostrarme sorprendida. Kate, la hermana pequeña de Jake, se encontraba frente a mí, pero su apariencia era mucho más... atrevida. Como la de una niña que pretende ser adulta.
Llevaba puesta una camiseta roja muy ajustada que dejaba su escote a la vista y unos pantalones de cuero también muy pegados a su cuerpo. Su maquillaje era simple, pero el delineado y el tono sugerente del pintalabios hacían que pareciese más cargado de lo que era en realidad.
Su aspecto contrastaba con su apariencia habitual. Kate normalmente vestía de manera dulce y femenina y su maquillaje solía ser sutil. No obstante, ese nuevo estilo también le quedaba bien. Desde luego, cumplía su propósito: daba la impresión de que tenía, por lo menos, dieciocho años en vez de dieciséis.
Me sonrió nada más verme y me saludó con un abrazo.
—Hola —le devolví el saludo —, ¿cómo estás?
—Estoy bien, justo acabo de terminar de arreglarme. Estás preciosa, por cierto. —Mis mejillas se tiñeron de rojo mientras se hacía a un lado para invitarme a pasar.
—Tú también —admití —. ¿Dónde está Jake?
Kate esbozó una pequeña sonrisa cargada de diversión.
—Ha ido a comprar hielo con Ethan. Volverán en seguida.
—¿Ethan también está aquí? —pregunté.
Había esperado que tanto él como su hermana tardasen más en llegar. Así tendría tiempo para darle a Jake su regalo a solas.
—Ethan está conmigo ayudándome a terminar algunas cosas —comentó.
Escuché la puerta abrirse justo detrás de mí, así que me aparté bruscamente para no chocarme con quienquiera que la hubiese abierto.
—Anda, hola Emily —saludó el cumpleañero. Le había felicitado esa misma mañana a través de nuestro chat, pero decidí volver a hacerlo por si acaso —. Gracias, Ems.
Me dedicó una sonrisa dulce.
Estaba tan atractivo como de costumbre. Me había costado un tiempo definir a Jake físicamente porque sentía que guapo no era el adjetivo indicado. Jake no tenía un rostro de modelo. Tenía unas cejas espesas y oscuras y la nariz alargada y llena de pecas. Sus labios eran más bien finos y su rostro era tan pálido como el de su hermana. Y aún así, me resultaba increíblemente atractivo. Mucho más que cualquier otro chico en el mundo.
Jake atraía por su carisma, por su forma de ser. Era como un imán, alguien que captaba el interés de las personas sin apenas esforzarse. Atractivo era sin duda el adjetivo perfecto.
Miró a Kate con diversión y alzó una de sus cejas.
—¿De qué circo te has escapado?
Su hermana se puso roja como un tomate. La compadecí.
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Emily & Jake ✔️
Storie d'amoreDe la amistad al amor no hay solo un paso. Hay muros y barreras que hay que estar dispuesto a derribar o a dejar caer. ... Emily tiene un pasado que le gustaría dejar atrás, unos miedos de los que no le ha hablado nadie. A lo largo de los años ha id...