21 de noviembre de 2018
Me pasé la tarde de miércoles en el centro de patinaje, entrenando para el certamen. Normalmente patinaba una hora y media, pero ese día me quedé hasta pasadas las nueve en el hielo. Perdí la cuenta del tiempo mientras repetía una y otra vez los mismos pasos hasta que quedaron exactamente como yo y como Dasha queríamos.
No fue hasta que el entrenamiento finalizó que me di cuenta de lo agotada que estaba. Fui hacia el banquillo que ocupaba mi entrenadora y le di un trago largo a mi botella de agua. Me temblaban las piernas tras el esfuerzo físico que acababa de ejercer, pero las horas que había pasado allí patinando me habían servido para desquitarme y despejar mi mente. Esa noche apenas había dormido y, de no ser por el ejercicio, probablemente me hubiese costado mucho mantenerme positiva todo el día.
—Si en el certamen patinas como hoy, no hay duda de que te posicionarás entre los primeros puestos. Se te ve con energía —me dijo mi entrenadora.
—Gracias —sonreí con timidez.
Aunque el certamen no era lo que me motivaba a entrenar tan duramente, sí me aliviaba saber que lo estaba haciendo bien. Esas cosas eran las que necesitaba en esos instantes: cualquier cosa que me hiciera sentirme orgullosa de mí misma. Aunque no tuviera nada que ver con mi físico, era algo clave en mi camino hacia la autoestima. Lo había notado en varias ocasiones; las épocas en las que mis notas bajaban me veía más gorda, los días en los que no me salían bien las cosas me costaba demasiado entender que yo era válida y suficiente.
Me despedí de Dasha antes de dirigirme a los vestuarios.
Algo que antes me daba muchísimo miedo era mirarme al espejo —y contemplarme de verdad— los días en los que estaba animada. No quería que mi buen humor se esfumara y sentía que eso era exactamente lo que pasaría si me encontraba con mi reflejo. Como si verme a mí misma pudiese arruinarlo todo en un segundo.
Hace unos años, mis días buenos eran tan escasos que me esforzaba mucho en atesorar los pocos que lo eran. Quería guardarlos en un cofre sellado y alejarlos de todo peligro. Pensaba que durarían más si hacía eso, así que intentaba no pensar en cosas que tuviesen que ver con mi cuerpo o mi personalidad, evitaba discusiones a toda costa —aunque para ello tuviese que aislarme o ceder—, controlaba aún más lo que comía para evitar sentirme culpable...
Una vez se lo comenté a mi psicóloga y recuerdo que dijo algo que, aunque tenía todo el sentido del mundo, no llegó a convencerme del todo. Me dijo que esos días estaban para hacer todo lo contrario. Que cuando estábamos felices lo veíamos todo con un filtro positivo y que, si buscaba algo en mí que me gustara, probablemente lo encontraría durante uno de esos días. En aquel entonces me pareció una locura y, de todas formas, nunca tuve la valentía suficiente como para hacerlo en serio. Mirarme al espejo y buscar era algo que me aterraba. Hasta entonces solo había encontrado defectos y no pensaba que eso fuera a cambiar pronto.
Mi forma de pensar no había cambiado tanto desde entonces —al menos, no con eso—. Aún me daba miedo ese consejo y, por supuesto, seguía sin aplicarlo. Así que, cuando la idea de mirarme al espejo surgió mientras me cambiaba de ropa, la descarté rápidamente. No obstante, no quería rendirme.
Terminé de vestirme y fui hasta el baño para mirarme en un espejo más pequeño. Mi mirada se encontró con unos ojos de color castaño, rasgados, con pestañas largas y abundantes. Observé en silencio mi rostro mientras trataba de decidir qué cosas me gustaban sobre mí misma.
Eso era lo más difícil de todo porque, al fin y al cabo, ¿quién decidía qué rasgos eran bonitos y qué rasgos no lo eran? ¿La sociedad? ¿Cómo podía estar segura de que mi opinión era realmente mi opinión y no el resultado de toda la presión que los cánones de belleza ejercían?
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Emily & Jake ✔️
RomanceDe la amistad al amor no hay solo un paso. Hay muros y barreras que hay que estar dispuesto a derribar o a dejar caer. ... Emily tiene un pasado que le gustaría dejar atrás, unos miedos de los que no le ha hablado nadie. A lo largo de los años ha id...