Capítulo 2

200 26 50
                                    

   Así pasaron los días, seguí yendo a la plaza, al igual que el extraño chico que en algunas ocasiones su mirada se clavaba en la mía imposible de ignorar por más que lo intentara. Y casi sin planearlo creamos una rutina simultánea dedicada exclusivamente a nosotros dos, nos sentábamos en los mismos lugares, siempre enfrentados, pero nunca compartimos palabra, solo, a veces cruzábamos miradas o nos saludábamos con una inclinación de cabeza.

Nunca esperé más de eso con él.

  Pero hoy quiero cambiarlo. No voy a esperar que él venga y me hable si puedo hacerlo yo misma y nunca me sentí tan decidida a hablarle a una persona como lo estoy hoy. Desde ayer que elegí que iba a usar, que iba a decir y cómo actuar, me miraba en el espejo practicando mis actitudes, estoy nerviosa.

   Desde que llegué aquí nunca tuve la necesidad de hablar con nadie, nadie me interesaba como para hacerlo, prefería estudiar, tener en mi carrera notas sobresalientes para enorgullecerme, mi padre desde chica me enseñó a siempre estudiar por adelantado algún tema, así, si no lo entiendo tengo tiempo extra para hacerlo. Nunca me olvide de eso, por más que ya no lo diga, sabe que lo sigo haciendo por él.

   Llegó a la plaza y me acomodo en el mismo lugar que siempre esperando a que él aparezca, por dentro deseo que sea él quien se acerque, pero sé que no pasará.

    Cuando aparece, no me dirige ni la mirada. Nunca lo hace cuando llega, solo unos minutos después de sentarse se dignó a prestarle atención a mi presencia. Por eso, puedo ver que se sorprende cuando ve que no estoy ahí y parece buscarme con la mirada.

  Se percata que estoy caminando en su dirección y se le forma una silenciosa sonrisa, casi invisible si no conociera los rasgos de su cara cuando está serio. Y percibo el leve rosado de sus mejillas.

   Me siento al lado de él. Fue incómodo, no hablamos por un largo rato, hasta creí que me había imaginado todo lo de las miradas y que venía simplemente a leer, por eso me dispongo a sacar mi libro y comenzar a leer, él imitó mi acción. Hasta que finalmente me pregunta si tengo hambre, bien un inicio, debería que presentarme o decir algo, estoy nerviosa, mis manos sudan y me siento bloqueada.

   -Sí, tengo acá un poco de comida que hice antes de venir, ¿quieres? - Si mi voz no tembló fue por pura suerte y orgullo. Pero él no me contesta, en cambio se pone a buscar algo dentro de su mochila, mi lado paranoico pensó que iba a sacar algo para dormirme o matarme ahí mismo, y me rete mentalmente por haber venido sin siquiera conocerlo, nunca pensé en lo fácil que sería hacerme algo aquí mismo. Pero solo saco un sándwich y me lo mostró.

   No noto que estaba tensa hasta que me relajo.

-No gracias, tengo esto, pero podemos comer juntos- Saque mi comida cuestionándome mentalmente si debería que preguntarle el nombre, pero justo hablo.

- Por cierto, soy Cosmo ¿y tú cómo te llamas? - Me dijo con una sonrisa y un toque burlón en su voz.

- ¿Cosmo de los padrinos mágicos? Ya sabes de Cosmo y Wanda. Yo me llamo Emma.- Digo apresuradamente al ver que fruncía el ceño ante mi intento de chiste.

    Debería de decirle que no me cuestione, la última vez que hablé con alguien de mi edad fue para realizar las compras en el supermercado y no fue más que preguntar si pagaba con tarjeta o efectivo. Solo le contesté "si" y me fui sin pagar. Sonaron las alarmas y le di efectivamente finalmente.

    Nunca volví a ese supermercado, oa pasar por esa calle.

   Luego de eso seguimos comiendo entre algunos chistes malos y hablando de nada importante. Mi chiste no le causó gracia, me dijo que no era original y que se lo dijeron muchísimas veces, tantas que ya hartaban. Pero no se había enojado ni ofendido.

-Nunca te vi por aquí, sacando claro todas las demás veces que te vi en esta plaza, pero fuera de este lugar no existes . - Y me gustaría no hacerlo, que nadie sepa sobre mí, o mi pasado. Pero con no existir en este pueblo me conformo.

   Soy como un fantasma, la gente me ve, pero nunca me ve realmente. Nadie se paró a pensar en mi existencia, en la existencia de la chica que se fue sin pagar y nunca más volvió por la vergüenza; en la existencia de la callada chica que únicamente va al centro del pueblo para comprar libros, en una misma librería donde soy completamente irrelevante. Una más entre todos sus clientes.

-No salgo mas que lo necesario y prefiero no hacerme notar entre la gente. Tal vez nos hubiésemos cruzado decenas de veces, pero nunca paraste a verme y yo tampoco a ti.

-Créeme que si nos hubiéramos dado cuenta de tu presencia. - me quedo pensando en lo que dice y le pregunto a quienes se refieren con "nos" - Mi mejor amigo, Amycus. La mayoría de las veces pasamos tiempo en el centro y nos paramos a crearles historias a la gente que pasa. Te hubiéramos creado una historia algo así como la loca de la lectura tuvo un gran amor que al morir le dejó nada más y nada menos que su amor por la lectura, siempre lleva un libro de su amado en sus brazos para sentirse acompañada y lejos de la verdadera soledad que la rodea. - la última frase la dice mirando a las nubes, imaginando entre ellas la gran, pero trágica, historia que tenían planeada para mi.

-Ah ¿Eso no es normal?

-¿No tener amigos lo es?

-Golpe bajo Cosmo. -Le pegó amistosamente en el hombro, no le voy a negar algo que no se puede sostener, desde el primer instante supo que no tengo amigos y solo se burlo diciendo que si saldría más seguro estaría rodeada de ellos.

-No sos invisible Emma. -Da finalizado el tema con esa frase, ninguno agrega nada más.

   Intercambiamos números telefónicos, Cosmo parece ser un chico simpático y extrovertido. No me esperaba su actitud, hubiera imaginado, por los indicios que me daba que era más bien tímido o diferente. Más difícil de leer.

  Siempre sentí que yo era una persona introvertida, no me gusta que los demás se entrometan en mi vida, pero con Cosmo no es así, me gusta hablarle y suma el hecho de que no nos conozcamos, le puedo contar cosas y no me importa que piense al respecto, de hecho, siento que no me va a juzgar. Es patético hablar así de una persona que recién conozco, podría ser un asesino y estar manipulando para luego matarme.

   Tengo que dejar de ser tan pesimista y dar vuelta la moneda para siempre pensar lo peor.

  Luego de un rato hablando de todo y nada a la vez, decidimos que es hora de irnos a nuestras casas- podría seguirme hasta ella y luego matarme así que decido que se vaya él primero

Alejo esos pensamientos.

-Mañana espero verte acá, Wanda. - dice burlándose a lo último y yo bromeo diciendo que me tiñere el pelo de rosa si él se lo tiñe el suyo de verde.

_______________________________________________

Nota del autor:

Buenass, espero que estén teniendo un buen día.

Estoy editando este capítulo a la madrugada, ya que no podría hacerlo a la tarde. Estoy que me duermo. técnicamente me están leyendo en el futuro. wow

en todas las notas de autor cambio esto pero... tengo pensado (por una amiga que me insistió) publicar dos veces a la semana, estoy de vacaciones y llevo un par de capítulos adelantados y tengo muchas ideas ya planteadas sobre el futuro de la historia. 

Si llega a las 300 leídas en el fin de semana seguro publico otro capítulo el lunes.

Posta si votas me re ayudarías ;D 

besitos cuídense  

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora