Capítulo 15

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 ¿Por qué le tienes miedo? - Le pregunto intentando no incomodarlo.

No quiero asustarlo preguntándole muchas cosas sobre Gal, intento ser cuidadosa a la hora de hablar de él con Cosmo. Ahora que sé por lo que pasa me doy cuenta de las señales que me dio, como pide ayuda desde el profundo silencio de su oscura mirada. Cómo a pesar de todas las capas de fina protección, poder e inteligencia no es más que un niño atrapado en el cuerpo de un joven, un niño asustado, muy asustado.

Deja la cuchara con helado a medio camino y me mira, duda en decirme y yo no lo quiero presionar, pero no aparto mi vista de la suya cuando empieza a hablar.

-Un día, hace muchos años, fui al cumpleaños de uno de mis amigos, fueron la mayoría de los chicos de mi clase. Recuerdo estar en el auto y llegar a la casa, mi amigo lo festejaba en el jardín, allí estaban todos. – suelta una risa nostálgica- Recuerdo verlos a todos, estaban muy felices. Y luego... me despierto en una camilla de hospital. No entendía lo que sucedía, hace unos instantes estaba en un cumpleaños y cuando abro los ojos todo cambió. -Sus ojos se llenan de lágrimas y desvía la vista- Recuerdo escuchar a mamá llorando y preguntando por mí, y ver a papá discutir con un médico. Te juro, no entendía qué estaba pasando, mi cuerpo me dolía, me ar- ardía.

Las palabras se le entrecortan cuando salen de sus labios y me duele verlo así, tiene los ojos llenos de lágrimas y está negado a soltarlas. Me levanto de la silla y me siento en la cama, y le acaricio el pelo, toma de motivación esto y se recuesta con la cabeza en mis piernas y continua.

-La casa en la que la mayoría de los niños estaban jugando, incluyéndome creo, se incendió. – Mierda, creo saber a dónde va esta historia y no me gusta. – Me lo dijo mi madre, ella preguntó si recordaba algo y negué. Luego, vino un señor, me dijo que era un psicólogo, que en casos así los niños podrían necesitarlo, era un trauma muy grande, y cuando le dije que no recordaba nada el me explico que era una forma que tiene nuestro cerebro de borrar momentos traumáticos para no recordarlos, algo normal para una situación así. – hace otra pausa y abre los ojos, me mira. – y yo le creí Emma, le creí. Pero a medida que pasaba el tiempo y yo no recordaba les recomendó a mis padres que me llevaran a su estudio así podría continuar con las sesiones. Mis padres lo hicieron, siempre se preocuparon por que este bien. Al hombre le hable de todo, todo lo que no hablaba con nadie, todo lo que me guarde por mucho tiempo, él era mi amigo y yo confiaba en él, no me juzgaba. Pero, también le dije que había momento en los que hacía algo y luego estaba haciendo otra cosa, que tenía algo así como lagunas mentales.

- ¿Lagunas mentales? – Pregunto curiosa.

-Sabes lo que son ¿Verdad? – Asiento con la cabeza, hace mucho tiempo no escuchaba ese término, pero recuerdo que es.

Y continúa hablando, siento que hace mucho no le cuenta a nadie, que necesitaba contarlo, que necesitaba desahogarse y me gusta que sea conmigo.

-Le di curiosidad al psicólogo, les afirmaba a mis padres que nunca tuvo a un niño como yo, que era especial. Me hicieron muchos estudios, me empecé a sentir como un experimento, venían médicos a verme, me hacían pruebas cerebrales y muchas más mierdas. Luego de meses me diagnosticaron. Me dijo que yo provoque el incendio. Gal se lo confirmo, le pareció fascinante intentar descubrir cómo funcionaba mi mente y el supuesto secreto profesional lo mando al carajo, le dijo a todo el mundo sobre su nuevo descubrimiento, era el primer caso en ese Estado. Mis padres lo denunciaron y le sacaron su título. Pero no soluciono nada, todos hablaban de mí, cuando pasaba escuchaba susurros de los chicos más grandes, nadie quería estar conmigo, me culpaban de haber generado el incendio, pero yo no recordaba nada. Sigo sin hacerlo. -finalmente las lágrimas se resbalaron por sus mejillas sin control y se le quiebra la voz cuando me dice- No te das una idea de lo horrible que fue, no tenía amigos, no te das una idea de lo horrible que fue para un nene que todos hablaran mal de él, de mí. Que continuamente me traten diferente, que me acusen de intentar matar a mis amigos, a mis amigos Emma, yo nunca les quise hacer eso. Pero entiendo si ahora te quieres ir, no te quería mentir. Gal es peligroso y yo no tengo control sobre eso. No quiero hacerte daño, de veras entenderé si no te quieres quedar, prefiero que no lo hagas. No quiero lastimarte.

-Cos, no es tu culpa, lo entiendo. No me iré, nunca te dejaría, por más me lo pidieras. – Sus hombros anteriormente tensos se relajan sobre mis piernas.

-Gracias.

-Ya me dijiste eso, no tienes nada que agradecer. – Le digo con una sonrisa. Y veo que se da vuelta y suelta un lloroso. – Eu no llores, todo está bien ahora. Y por más que no lo esté, yo siempre voy a estar aquí, no me iré por más mal que estén las cosas.

-No, no lo está. – Agarra el pote de helado y me lo muestra. - Mientras hablábamos se derritió el último pote de helado. – y vuelve a soltar un quejido.

Su pelo se le pega a su mojada cara y parece querer ocultar su llanto en el. Quiere bromear para dejar de pensar y quiere dejar de llorar para calmarse, pero nada funciona y por más que intente sus lágrimas y llorosos salían involuntariamente de él.

Le saque el pelo de la cara mientras Cosmo se aferraba a mí en un abrazo, apretando su cabeza sobre mi regazo y lloraba en el, yo solo le acariciaba su pelo mientras sentía sus brazos rodeando mi cintura y la parte baja de mi remera mojarse.

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NOTA DEL AUTOR:

Holaa!! hoy empiezo las clases virtuales :(( espero poder seguir subiendo dos capítulos diarios.

La vida de Cosmo fue dura :(

Gracias por leer, me ayudarian mucho si votas  

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