Capítulo 12

87 11 21
                                    

El resto de los días actuamos como si el acontecimiento luego del baile nunca hubiese sucedido. Nos juntábamos con Cosmo en la plaza, solo leíamos y en algunos días muy extraños hablábamos como lo hacíamos antes. Pero cuando el sol empezaba a caer y volvía a la oscuridad de mi casa, lloraba y cuando me despertaba después de tener alguna pesadilla lloraba. Solo duró menos de una semana, cada vez las ganas de llorar disminuían, las pesadillas seguían, pero ya no lloraba. Cada vez el agujero negro que sentía por dentro se hacía más grande, sentía que me consumía, sentía que poco a poco mi cuerpo dejaba de sentir para dar paso a algo mucho peor, estaba arruinada. Llorar no iba a cambiar el pasado, lo sabía muy bien, nunca lo cambió.

Luego de ver a Cosmo y ya estar en casa intentando llorar, intentando gritar. Me llega un mensaje de él.

- ¿Podemos hablar?

Apenas nos vimos hace unas horas, si quería decirme algo pudo hacerlo en la plaza.

- Si, claro. ¿¿Paso algo??

Le escribo mientras agarro mis cosas para salir de mi casa.

Casi nunca hablamos por celular.

Solo espérame en tu casa, lo siento Emma.

Dejo mi mochila en el piso, confundida. No había vuelto a mi casa desde hace una semana y lo más importante y por lo cual me agarra un escalofrío.

¿Por qué se disculpa?

Los pocos minutos que tarda en llegar a casa son extremadamente largos y agonizantes.

Podría haber hecho muchas cosas para disculparse, pero solo me asustaban algunas relacionadas con el mismo tema, bueno casi todas relacionadas con el mismo tema.

Suena el timbre.

- ¿Qué pasó? – Le digo apenas abro la puerta, él me sonríe forzadamente, como queriendo disculparse.

-Bueno, tanto tiempo. –Quiere ganar tiempo.

Lo invito a pasar y se sienta en el primer sillón que da a la puerta. Lo que me dice me hace quedar quieta, no sé cómo reaccionar, fue directo y sin rodeos al tema.

-Amycus lo sabe, sobre lo que pasó, pero me juro no decirle a nadie, es bueno no lo hará, es más entendió lo que pasó y se enojó con el imbécil que quiso lastimarte. – Mierda.

No. No me podía decir eso, mientras más personas sepan un secreto menos secreto es, mientras más personas guarden algo más posibilidad de que se descubra.

Más posibilidad de arruinarle la vida a Cosmo, más posibilidad de arruinar de peor forma mi vida.

No es que no confiara en Amycus, él me cae bien, pero simplemente no estaba lista para que sientan pena, nuevamente, por mí, y menos una persona que acabo de conocer.

No, no puedo confiarle a alguien que acabo de conocer un tema tan delicado como este.

-Es broma verdad, no hablas en serio.

-Perdón, no podía seguir mintiéndole. Me preguntaba cosas, no creía que hubiéramos estado en el jardín, me dijo que no nos vio ahí y no supe qué decirle. Entre en pánico por la presión y le dije lo que pasó, primero en forma de broma, no pensé que se creería lo que le diría, pero si lo hizo.

-Mierda Cosmo. Un secreto no es secreto si no sabes guardarlo.

-Perdón, te juro que nunca haría nada que te pusiera en peligro, solo necesitaba contárselo. Amycus es mi mejor amigo desde que me mudé acá y sin ser consciente me ayudó en muchos temas, no se me hacía justo mentirle. Confió en él, le confiaría hasta mi vida.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora