Capítulo 17

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Acomodo mi peluca rosa y me miro al espejo, parecía una broma que fuera a otro evento con Cosmo y más por cómo terminó el primero de todos.

La reunión de ayer no fue gran cosa, nada en comparación a el primer baile al que fui con Cosmo, nada en comparación a como terminó esa noche.

No hable más que con Cosmo y él no habló más que conmigo. Amycus fue a presumir sus habilidades de coqueteo y sus habilidades de poder hablar el idioma de la chica que le interese. Dos lo rechazaron, Cosmo y yo nos reímos mucho de su cara, la gente nos vio raro.

Pero hoy ya estaba esperándolo para ir a la casa de su mejor amigo donde sería la fiesta de disfraces. Luego de conocer la casa de Cosmo, no sabía qué esperar de la de Amycus, mi casa era patética al lado de la de Cosmo, ni me imagino la de él.

Según tengo entendido ambos padres de Amycus tienen un muy buen trabajo, lo que hace que estén socialmente mejor ubicados que Cosmo. La madre de Cosmo es la que tiene la gran empresa y el padre simplemente se amolda a un trabajo que le guste, y Cosmo me contó que está estudiando medicina y se paga los estudios con una gran beca que le ofrecieron, al parecer tiene un coeficiente intelectual bastante bueno, al igual que su desempeño.

Pero es imborrable el hecho de que la madre de Cosmo es una mujer muy inteligente y táctica. Tan solo la vi dos veces y se me hizo digna de admiración, simplemente me pareció muy perfecta, es todo lo que me enseñaron, aunque mi imagen de ella tembló un poco cuando Cosmo me contó su historia, cuando ella me ayudó ayer y me preparo tan entusiasmada para el baile al que asistirá, solo llegué a la conclusión de que estaba asustada y quería lo mejor para su hijo. Eso creo yo.

Mis pensamientos cesan cuando escucho el ruido del timbre, iríamos temprano para ayudar a Amycus con las preparaciones y estar solos los tres me generaba un poco de miedo.

-Wanda. -Me saluda Cosmo viendo mi disfraz.

-Cosmo. – Lo saludo del mismo tono. -Esa peluca verde te queda espectacular. ¿Qué traes en la mano? – Desvió mi atención a la bola violeta que tiene en la mano.

-Shh, es nuestra hija, estúpida. -Se inclina y me susurra. - ¿Cómo te osas a hablar así delante de la nena? Parece que no tienes sentimientos.

Ruedo los ojos y decido que es ridículo seguirle el juego y lo dejo pasar. Me pongo la corona y lo miro, fue fácil para él disfrazarse tan solo agarro una camisa y una corbata y listo. Miro sus alas y su corona, eso sí que fue difícil hacerlo, nos juntamos ayer por la noche en mi casa para intentar recortar la forma de las alas, fue terrible, ahora tiene una más grande que la otra, pero su orgullo no lo quiso aceptar cuando se lo dije hace tan solo unas horas atrás y seguramente tampoco ahora.

Agarro mi varita y nos vamos para la casa de Amycus.

El camino es más largo que cuando fui a la casa de Cosmo, pero cuando llegamos estacionamos al lado de la puerta.

-Emma, antes de entrar quiero que sepas que Amycus no sabe lo de Gal ni lo del incendio. No sabe nada de mi vida antes de que llegue acá. -Me sorprendo al escuchar eso.

Por eso ayer no estuvimos con Amycus, pienso. Cosmo no me quería decir delante de tantas personas, o de sus padres, que Amycus no sabe nada.

-Creí que confiabas en él. – Acomodo mi peluca que empezaba a picar y lo miró frunciendo las cejas.

Se que él no lo sabe, y me molesta el hecho que le cuente algo que hicimos, aun jurando que no le diría a nadie, pero me pide que no le cuente a su mejor amigo, al cual le tiene la suficiente confianza para aclararle que matamos a alguien, pero no para decirle la verdad sobre porque está aquí.

InefableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora