capítulo22 (2da parte)

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Castillo de naipes.

- ¿Pedimos pizza y la comemos viendo dibujitos en la televisión? - Le propongo para cambiar el ambiente de tristeza que se incorporó entre nosotros.

-Ay Wan, por eso eres mi novia. - se siente raro que esa palabra salga de sus labios.

-Si, soy genial, lo sé. - Dejó salir mi lado egocéntrico y llamó a la pizzería.

-Voy a poner la película de los padrinos mágicos, hace mucho no la veo y no la dejaremos en el olvido. - Me amenaza con el control del televisor y levantó las manos mientras me rio. Hace mucho no veo esa película.

Llega la pizza y el chico que la trajo intentó coquetear conmigo, su cara cambio a una muy graciosa cuando Cosmo apareció detrás de mí. Y se fue rápido de la entrada de casa. Se quedó con el cambio.

-Pondré una queja en el sitio, diría algo así como "El repartidor se quiso levantar a mi novia y se quedó con todo el cambio." - Se sienta con la caja de la pizza y le da un mordisco a la porción que está en su mano. - Oh, pero otra que diga "La pizza está casi tan buena como ella"

Antes de que empiece la película noto el silencio por parte de Cosmo, y como contestaba con monosílabas a lo que le estaba contando. Su mirada estaba perdida.

-¿Quieres hablar de lo que pasó en tu casa?- Le pregunto con el tono de voz más tranquilizador que me salió.

-Casi nunca discuto con Amycus, él siempre comprende todo y nunca hemos sido esas típicas personas que les gusten las peleas. Todo lo contrario, cuando tenemos un malentendido siempre lo hablamos. Pero hoy se ha pasado, superó todos los límites que podía aguantar y...Gal, ya sabes. - Me dijo sin mirarme a la cara ninguna vez, esperaba que me cuente él solo el motivo de su discusión, pero si no lo hacía no iba a presionarlo. -Espero que podamos aclarar las cosas rápido, es mi mejor amigo y lo quiero. No creo perderlo por una estúpida pelea. ¡Qué va! Solo fue una discusión por algo confuso, mañana volveremos a ser igual de inseparables, no te preocupes. - Le creí.

-Bueno, espero que sea así. No me imagino lo decadente que sería tu vida sin él, aunque lo bueno sería que dejarías de hablar todo el tiempo sobre las cosas que hacen. - Aunque su cara ya había mejorado visiblemente intente animarlo más.

-Veamos la maldita película.

Al terminar de la película entre risas y burlas, yo decía que Cosmo tenía la misma voz que él, aunque sea mentira, y él que yo era igual de mandona que Wanda. Yo se lo negué, aunque sea verdad.

Nos fuimos a acostar en el patio y nos pusimos a leer, el libro que él me dio lo leí por la mitad y tenía pensado terminarlo hoy.

Es lindo leer con otra persona, con él.

Estaba tan metida en mi lectura, en el mundo entre páginas, que casi me asusto cuando escucho la voz de Cosmo hablando.

-Es raro que me guste pasar más tiempo con vos que con cualquier otra persona.

- ¿Por qué? - Dejó de prestarle atención a las letras cuando dice eso, no me lo esperaba.

A veces Cosmo dice cosas cuando menos te lo esperas, nunca sé cómo va a reaccionar, es toda una sorpresa para mí. Cuando pensé que lo podía leer muy bien, que me atraía por lo bien que podía descifrar sus gestos, me sale con Gal y con cualquier reacción inesperada, con frases profundas o con chistes estúpidos.

Siempre me ha gustado relacionarme con personas que puedan leer bien, descifrar rápido. Aunque no me gusta entablar socialmente con muchas personas, sabía diferenciarlas y si tenía que hacer un trabajo de universidad con alguna, siempre elegía a los más susceptibles, los que no venían con ninguna sorpresa. Por eso me acerqué a Cosmo, pensé que era una persona fácil de descifrar, abierta. Que equivocada estaba.

-Porque a pesar de conocer uno de mis mayores defectos, nunca me juzgaste, nunca cambiaste mi trato hacia mí. Nunca cambiaste tu forma de ser. A diferencia de los demás nunca te di miedo, a diferencia de los demás tú me has visto no como un experimento, sino como dos personas en una. No te parezco más que una persona normal. Todos tenemos problemas y yo más que nadie, pero nada de eso te importa, y eso me fascina y aterra al mismo tiempo. Emma, quiero que entiendas que no soy alguien normal, no soy un chico con problemas de ira y mucho menos alguien confundido, sé muy bien lo que me pasa y también sé que Gal es peligroso.

-Cosmo, vos no elegiste nada lo que te pasó, nunca te culparía por ello. Nadie tendría que hacerlo, todos se meten en las vidas de los demás, insinuando que sus vidas son perfectas y se dan el derecho de criticar a los demás, las cosas que hacen o dejan de hacer. Se creen tanto con su fingida perfección intentando dañar a los demás para sentirse mejores consigo mismos. Todas las personas son peligrosas, solo aprendes a vivir con ello.

-Más que cualquier otra persona...- finalizó la conversación como la había iniciado.

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