Capítulo 6

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Yoongi tiene algo por las caderas de Jimin. Siempre busca llenarlas de marcas. Las toma entre sus manos y las aplasta hasta dejar sus dedos marcados, pequeños hematomas siempre hacen presencia en ellas. Jimin no se queja, nunca lo ha hecho ni piensa llegar a hacerlo, le encantan esos toques posesivos y que solo quieren decir algo.

—Eres mío, Park Jimin.

Y Jimin suele tener una respuesta en la punta de su lengua cada vez que esas palabras salen de los labios de Yoongi.

«¿Y tú eres mío, Min Yoongi?»

Pero nunca lo dice, nunca deja mostrar su lado débil ante Yoongi. Siempre es frío y caprichoso. Nunca se atreve a decir cuánto lo extraña cuando no está o que sin él sus días se sienten fríos, siempre actúa como un niño pequeño que quiere un caramelo porque no quiere bajar la guardia. No quiere que Yoongi sepa que es un tonto por él. 

Yoongi hoy vino cansado, sus embestidas son lentas y profundas; tienen a Jimin rodando la cabeza como un loco sobre la almohada. Se sienten tan bien, tan certeras y placenteras. Lo tienen al límite. Jimin no se lo dice pero prefiere tener esta clase de sexo; lento y duradero porque se siente como si estuvieran haciendo el amor.

No siempre lo hacen de esta manera, son contadas las veces, por eso Jimin se pierde por completo en ellas.

—Te quiero tanto, Yoongi… —murmura entre su delirio, perdido en las sensaciones que abundan en su cuerpo.

Ha comenzado a temblar, su orgasmo está cerca.

Yoongi no responde pero toma con una mano el rostro de Jimin, aplasta sus mejillas hasta que sus labios se abultan en una mueca graciosa, y esboza una sonrisa de superioridad para seguidamente estampar sus labios con los contrarios de manera lenta, su lengua saliendo de él y entrando en Jimin, húmedo y tortuoso.

Jimin gruñe y abre más sus piernas porque no sabe qué hacer, se siente sobre estimulado. Sus manos se posan en la espalda baja de Yoongi y lo invita a que lo coja un poco más rápido, un poco más profundo. A que lo haga venir. Sus mejillas se sienten como en fuego, sus labios calientes e hinchados contra los de Yoongi. 

Todo es perfecto cuando tiene a Min Yoongi dentro suyo y metiendo su lengua tan dentro de su boca que hasta siente cosquillas en su paladar.

—También te quiero, Jimin.





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—¿Ya te vas? —pregunta Jimin, tragando saliva con dureza.

—Tengo que ir por Jurin a casa de su padres, le prometí estar ahí antes de las doce.

Jimin gira su cabeza hacia su mesita de noche para ver la hora que marca su reloj electrónico. —Faltan treinta minutos.

—Hay tráfico, es sábado.

Jimin frunce el entrecejo y se deja caer sobre su cama. —Cierra con llave cuando salgas. —dice dándose la vuelta para darle la espalda y jala las sábanas para cubrirse hasta el cuello.

Huelen a sudor y a semen pero a él no le importa. No quiere ver cómo Yoongi se va. Puede esperar hasta que esté solo para quitar las sábanas sucias y llorar un poco sobre las limpias. 

—Te veo el lunes. Te puedo llevar a cenar a un buen restaurante. —ofrece Yoongi. 

Jimin lo escucha inquieto y cómo se mueve por el lugar, pero aún así responde—: No.

—Jimin… —Yoongi suelta un profundo suspiro— No me puedes seguir haciendo esto.

—¿Hacerte qué?

—Berrinches. Me haces sentir mal.

—Y tú también me haces sentir mal.

Yoongi hace un chasquido con la lengua y toma su abrigo del suelo. —Te veo el lunes, quieras o no.

Jimin no dice nada, solo siente cómo de pronto la cama se hunde a su costado para luego ver a Yoongi sobre sobre su cuerpo para dejar una caja verde esmeralda sobre la mesita de noche.

—Feliz aniversario, amor. —le dice Yoongi en un susurro, robando un beso de los esponjosos labios caprichosos y rojos de su chico bonito. 









KEEP SPOILING ME. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora