Capítulo 10

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Incienso y tabaco, el departamento de Jimin está sumergido en silencio, oscuridad y vicio.

—Amor, despierta. —susurra Yoongi, sus labios lastimados por tanto exponerlos al aire frío pegados a la mejilla del aludido.

Endurece el agarre alrededor de la cintura del chico y cierra sus dedos alrededor de la camiseta negra de algodón. Inhala su olor, lo hace sonoro, no importa si despierta a Jimin por hacer eso, ya nada importa para ser sincero.

—Amor… —susurra una vez más un poco más débil, comenzando a sonar suplicante, sus ojos picando detrás de sus párpados y su garganta cerrándose.

Pero Jimin no lo escucha, ni siquiera se inmuta, sigue respirando tranquilo lejos de los problemas​ que tiene cuando está despierto. Y Yoongi no quiere arrebatarle su paz, no ahora. Así que solo espera, intentando ponerse tranquilo, inhalando el olor a manzana verde que el cabello del chico emana, el incienso –que él mismo le trajo a Jimin de su último viaje a Japón– y el de tabaco.

El olor del tabaco siempre huele a dulce cuando de donde proviene es de entre los labios de Jimin.





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Roza sus labios sobre la mandíbula de Jimin, una y otra vez, percibiendo cómo bajo su toque la piel se eriza.

La luz del sol contra la piel de Jimin siempre ha sido uno de los más grandes delirios de Yoongi.

Jimin está despierto, pero no habla, acepta los roces indiscretos y la cercanía del cuerpo cálido que encaja con el suyo como si hubieran sido mandados a hacer juntos. Mira a la ventana, a donde las cortinas no se juntan y dejan que unos rayos de sol entren y calienten la piel de sus muslos, ahí en donde Yoongi deja toques lentos y que sin palabras buscan subir de tono.

—¿Ella está mejor? —pregunta finalmente, quitando la mano ajena de entre sus muslos.

—Sí, pronto la dan de alta.

—Mmm, bien.

Jimin se gira quedando frente a Yoongi, viéndolo por primera vez desde su encuentro fuera del hospital, jala las sábanas que le cubren el cuerpo y lo toma de la mano; sonríe en todo momento.

—Puedes tocarme —dice metiendo la mano del otro de nuevo entre sus muslos—, pero solo me gusta cuando te tengo de frente.

Yoongi deja que su mano sea acogida por lo cálido de Jimin, manoseando un poco sobre los shorts pequeños que trae puestos. Pero no se siente bien.

—Quiero hablar contigo. —dice sacando su mano, y lo toma de la cintura para acercarlo y mantenerlo quieto junto a su cuerpo.

—Puede esperar —Jimin niega con la cabeza subiendo una mano hacia la mejilla de él, no encontrando su mirada pero sí repasando todas sus facciones con ojos cansados—. Siempre podemos hablar más tarde. Hagamos algo diferente antes de que te vayas.

—No puedo seguir posponiendo esto —responde Yoongi inclinando su rostro contra la palma del joven, quien sonríe por el gesto haciendo recíproca la muestra de cariño—. Quiero que conozcas a alguien más —murmura cerrando sus ojos y sujetándolo con firmeza de la cintura por miedo a que se aleje—. Quiero estar seguro de que cuando yo salga de tu vida estarás con alguien que te hace feliz.

—No puedes estar hablando en serio —Jimin se apega aún más, comenzando a ponerse desesperado, junta sus frentes y le acaricia la mejilla con su dedo pulgar—. Yo no quiero conocer a alguien más, soy feliz contigo, Yoongi… Estoy enamorado de ti. —le dice y deja un suave beso sobre sus labios.

—Jimin, escucham-

—¡No, no, no! —él exclama y le besa los labios una y otra vez, manteniendo los ojos abiertos en todo momento— No importa por cuánto te tenga que esperar… L-lo que dije esa noche n-no importa, yo en serio puede esperar toda mi vida por ti, Yoongi —sonríe y besa sus labios nuevamente, esta vez cerrando los ojos—. Sigue mimándome por favor, no dejes de hacerlo.

Son las ocho y treinta de la mañana en Seúl, el sol está medio puesto, las calles ya tienen vida, y Jimin mendiga amor. Y Yoongi lo deja hacerlo. 










KEEP SPOILING ME. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora