KEEP SPOILING ME. ➸yoonmin

Capítulo 12

—Su nombre es Jeon Jungkook —comienza a decir Yoongi después de un silencio en el que Jimin ha intentado tomar su mano más de una vez debajo de la mesa—. Es ingeniero de software, trabaja para la empresa de mi suegro desde hace un año.

—¿De qué me estás hablando? —pregunta Jimin, riendo con nerviosismo cuando el otro baja la mirada y por fin se digna en tomar su mano debajo de la mesa.

—Vive en Japón —dice, y esboza una sonrisa enrollando sus dedos alrededor de la muñeca del chico—. No tiene esposa, ni hijos.

—Yoongi... —murmura Jimin tomando con su otra mano la mano de nombrado, quien se comienza a alejar, por lo que lo toma con tanta fuerza que este se inclina hacia adelante de un tirón y sus ojos se abren en grande por la sorpresa— ¿Qué haces? —pregunta ahora apretándole con demasiada rudeza.

—Es un gran partido —Yoongi le asegura, sus ojos recorriendo cada detalle de su rostro, deteniéndose en sus ojos, ojos que le miran asustados—. Le he hablado bien de ti, y él está encantado por conocerte.

Jimin traga saliva mirando a Yoongi, su boca se pone rancia y su corazón late lento, tan pero tan lento que siente que está muriendo ahí mismo, frente a los ojos de quien sin mucho esfuerzo se convirtió en el amor de su vida. Lo mira en absoluto silencio, lo mira esperando que sea una broma, lo mira, grabándose sus facciones, sus labios delgados.

—Él te hará tan feliz, amor. —dice Yoongi sonriendo, pero aún cuando esa mueca debe ser significado de felicidad se le ve lo miserable cuando lo hace. 

—No soy un juguete —responde Jimin en un susurro—. No soy algo que puedes desechar cuando ya te cansaste de usarlo.

—Nunca he dicho algo así.

—Pero es lo que estás jodidamente haciendo —Jimin reprocha entre dientes apretándole de la muñeca con sus dedos, tanto que puede que le deje un hematoma para algunos días—. Me estás ofreciendo como una prenda de segunda mano.

—¡No! —exclama Yoongi desesperado jaloneando su muñeca para que el otro la suelte, pero solo se lastima más y tiene que fruncir el entrecejo ante el dolor— No es de esa manera, Jimin, no eres un juguete, no son así las cosas.

Jimin suelta unas carcajadas soltándole finalmente la muñeca, y Yoongi rápidamente lleva su mano hacia su regazo para sobar con sus dedos de la mano contraria la marca roja sobre su piel.

—Desperdicié dos años de mi vida en ti —dice Jimin bajando su mirada a sus manos sobre sus muslos, y ríe con sus labios apretados sintiendo sus ojos lagrimear—. Dos putos años esperando; escondido, enamorado de ti.

—Perdóname, por favor. —es lo único que Yoongi puede responder.

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—¿Alguna vez has salido de Seúl? —pregunta Jungkook sonriendo, mirándolo con atención.

—Hace un año visité Japón. —responde Jimin, no pudiendo batallar con la sonrisa que el otro le logra contagiar.

Y evita mencionar que ese viaje fue con Yoongi.

—¡Ahí es donde estuve viviendo estos últimos años antes de regresar a Corea! Woah, qué genial… —dice Jungkook mostrando su emoción por la coincidencia.

Y Jimin le sonríe, de una manera pequeña. La sonrisa apenas es perceptible para el hombre que suelta un manojo de historias sobre su visita a Sudamérica, su voz un tanto suave que le da un toque diferente. Jimin no se puede acostumbrar a esa voz, al menos no aún, no cuando ve a Yoongi en su auto a unos metros de distancia con un cigarro en su mano que está afuera de la ventana, y una mirada desolada pero mostrando una sonrisa alentadora que le dice que está bien, que esto es lo que en verdad tiene que hacer.