Capítulo 4

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El supermercado está sufriendo aglomeración por tratarse de hora pico. Jimin ha tenido que dejar su carrito de compras para mejor tomar una canasta; es demasiado pronto para el dolor punzante de cabeza. Sus planes eran simples, su lista de compras no es muy larga, tan solo necesita lo básico para subsistir otras dos semanas, que al fin y al cabo, después de estas, se iba a casa de su madre a pasar mitad de las vacaciones de verano.

Pelea con los cuerpecitos pequeños que se adhieren a sus piernas por confusión previa; niñitos que confunden sus jeans negros con los de sus madres. Tienen suerte de que Jimin adore tanto a los niños, y que enserio necesite ese galón de leche. 

—Con permiso. —dice alguien detrás de él de una manera caramelizada y educada. Es una voz femenina, el cuerpo del que proviene emana una esencia a lavanda y suavizante de ropa.

Jimin mira sobre su hombro, directo a los ojos marrones de la chica.

Ella sonríe cordialmente, su labial carmesí contrastando a la perfección con el sonrojo natural de sus mejillas. —Disculpa, necesito tomar un galón de leche —su sonrisa cordial jamás abandonando su boca, hasta parece ensancharse más—. ¿Me darías permiso para tomarlas? —pregunta, pasando un mechón de su cabello detrás de su oreja.

Jimin nota las dos argollas de oro en su dedo anular.

Él la reconocería en cualquier lado, lo ha hecho antes. ¡Demonios, que siempre la ha visto de lejos! Nunca la había tenido tan cerca a él, tan real, tan humana y desprendiendo calor corporal. Era como un puto sueño, como una leyenda cobrando vida.

Tantas veces había escuchado la descripción que Yoongi le da sobre ella. Llevaba dos años escuchando sobre sus ojos, sobre su cabello, sobre su piel lechosa. Pero ahora, está ahí, frente a sus ojos.

Min Jurin.

Y es absolutamente hermosa. Una mujer completa. 





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—Qué amable eres. —dice Jurin tomando de entre los brazos de Jimin las bolsas de cartón. 

—No hay de qué. —responde él.

—Eres todo un caballero. —sigue alagando la mujer completamente encantada por el joven, su sonrisa característica aún en sus labios.

—No, no lo soy. —murmura Jimin negando con una sonrisa de medio lado.

—¡Oh, no hables así de ti mismo! —exclama ella riendo, tomando la última bolsa de las manos del chico para meterla en la cajuela del automóvil plateado. Cierra la puerta trasera con un suspiro y mira al extraño, expectante— Me llamo Jurin, muchas gracias por tu ayuda. —hace una reverencia.

Jimin nunca antes había sentido tanta incomodidad en su vida.

«¿Qué mierda estás haciendo?»

—Jimin. —responde él al tiempo que hace una pequeña reverencia.

—Jimin... Lindo nombre —Jurin suelta una risita—. Si tengo un varón, Jimin está en la lista de posibilidades. —sonríe, buscando en su bolsa sus lentes de sol. 

Todo el cuerpo de Jimin se le pone tenso, la sangre se le ha drenado del cuerpo. Apuesta lo que sea a que su color de piel palideció. Ha dejado de sentir sus manos, un cosquilleo sube y baja por su espalda. Ya no sabe cómo es que sigue respirando.

—¿Esperas un bebé? —pregunta al terminar de pasar saliva, sus manos que llevan las bolsas plásticas con su mandado se encierran en puños apretados que se tornan blancos.

—Siete semanas —responde Jurin deslumbrado felicidad—. Estoy que se lo puedo contar a todo el mundo. Digo, ¡mírame! Te lo cuento a ti y ni siquiera te conozco.

Jimin alza sus cejas, junto con una sonrisa apretada.

—Mi esposo y yo hemos estado tratando por mucho tiempo. —ella suelta un suspiro para seguidamente esbozar una cálida sonrisa.

«Lo sé. Sé todo de ustedes dos. Y eso me está haciendo mierda la vida». 











KEEP SPOILING ME. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora