Capítulo 7

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Es de madrugada. Pasan las dos de la mañana y Jimin no puede dormir.

Ha dado vueltas por la cama como un loco, las sábanas que por un momento lo cubrieron ahora se encuentran hechas bolas en la parte baja, rozando la planta de sus pies. La luz en su habitación es tenue pues solo la luz natural de la luna es la que la alumbra; Jimin se sintió tan devastado con la partida de Yoongi que ni siquiera se levantó para jalar las cortinas y así cubrirlo del exterior. 

No había llorado, sentía las ganas de hacerlo pero las lágrimas simplemente no salían.

La cajita verde esmeralda se encontraba sin abrir; Jimin no podía hacerlo, cada vez que alzaba la mano para tocarla unas intensas ganas de vomitar lo atacaban.





Jimin: ¿Por cuánto tiempo más te tendré que esperar?
2:47 a. m.





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—Tu padre parecía muy cómodo con la presencia de tu tía, ¿qué, ya son amigos? —Yoongi se ríe picoteando el volante con sus dedos al son de la canción que suena con levedad.

Jurin no responde, se hunde más contra el asiento del auto y pega con fuerza la frente contra la ventana.

—Estás muy callada, ¿te pasa algo?

Yoongi siente su teléfono vibrar en el bolsillo de su pantalón pero decide ignorarlo, no es el momento.

—Hey, ¿está todo bien? —insiste, dándole una mirada simple para no perder de vista la autopista.

La mujer suspira, su mano tiembla, Yoongi lo nota.

—Jurin. —dice con un poco más de firmeza. Mira por el retrovisor del auto y, al saber que no hay algún auto detrás suyo, hace el ademán de desviarse.

—No, no lo hagas —pide ella y alza su mano para posarla sobre la de su esposo—. Necesito que me lleves al hospital.

—Jurin...

—Estoy teniendo una hemorragia —murmura alzando su cartera para que él vea la mancha roja en su vestido—. Siento mucho el desorden. —dice con la voz quebrada.

Yoongi suelta un suspiro demasiado denso que le deja los pulmones vacíos. No necesita decir algo. Nada que salga de su boca es suficiente. Ya sabe el procedimiento, ya sabe qué es lo que tiene que hacer. Desafortunadamente no es la primera vez que pasa, y algo en él quiere que esta sea la última. 





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El olor a desinfectante le arde en la nariz, intenta controlar sus nervios meneando sus pies y tronando sus dedos pero nada parece funcionar. Y bien sabe que lo único que lo hará sentir mejor es fumar. Mira al fondo del pasillo, el correr de enfermeras y doctores llenan todo el lugar, si se va unos minutos espera que nadie lo pueda notar.

La mamá de Jurin lo observa entre lágrimas desde las butacas que están en el pasillo. —Anda, ve a tomar un poco de aire, cualquier cosa yo salgo a buscarte.

Yoongi asiente poniéndose de pie y jalando consigo su abrigo. —No tardaré demasiado, lo prometo.

—Tomate tu tiempo, hijo, Jurin no va a ir a ningún lado.

Yoongi toma la mano que se le es brindada por parte de su suegra y recibe con una sonrisa apagada el apretón que ella le da. 

Camina fuera de ahí pasando una de sus manos entre su cabello y siente la humedad del mismo por el sudor que sus nervios causaron en él. Sonríe a la enfermera de la recepción cuando pasa frente a ella, y la mujer asiente comprensiva para luego regresar su mirada al monitor. 

Yoongi está harto de verla por tanto tiempo.

Carraspea un poco y busca dentro de su abrigo una cajetilla de cigarros. Tiene que llamar a su madre, lo sabe en cuanto pone un pie fuera del hospital, ella debe saber qué decirle. Pero el mensaje principal en sus notificaciones hace que le duela la cabeza.

Esboza una sonrisa sintiendo un nudo en la garganta y teclea unas palabras que no piensa demasiado.





Yoongi: Ya no lo hagas más.
4:31 a. m.










KEEP SPOILING ME. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora