ÉXODO (Apocalipsis II)- KOOKMIN

IX |Monstruo|

(Recomendación de Brisa: reproducir multimedia mientras leen para darle mas emoción)

Ruido

Todo inició con ruido.

Exactamente como había ocurrido con el mundo. Lo primero fue ruidoso y molesto.

No quería escuchar, no quería volver a pasar por lo mismo. Pero aquí estaba, parado en la puerta de entrada del bunker, frente a algo horrible. 

Tenían múltiples cabezas, humanas. O al menos alguna vez fueron humanas. 

Creía que ya nada podía sorprenderme.

Me equivoqué, otra vez. 

(...)

—¡A la cabeza Jeon!

Mis dedos estaban congelados, inmóviles. Un segundo me pregunto si es el frío o simplemente es porque estoy aterrado.

Apuesto mas por la segunda, pero me obligo a creer que es lo primero.  Tomo el rifle con fuerza.

Tengo que hacer esto, tengo que hacerlo. 

Yoongi se mueve por la izquierda, sujetando su arma como todo un experimentado. Por un instante recuerdo al hombre seguro y capaz que conocí. Pero el recuerdo se esfuma cuando noto el temblor de sus manos y su rostro bañado en pánico.  

—No dejes que te muerdan, su veneno es letal, te congelarás en segundos. 

Jin está delante de mi, con su arma apuntando hacia la escalera. 

Hay mucho ruido, gritos, golpes en el metal. Sean lo que sean están tratando de romper la compuerta. 

No entiendo las palabras de Jin, estamos hablando de algo que jamás he visto, algo nuevo. Las personas normales tenemos tendencia a temer a lo desconocido. Es inherente. 

Para este punto yo ya superé esa tendencia. 

Hay mucho ruido.

—¿De qué..? 

Quise preguntar, pero no pude terminar.

Una de esas cosas, logró entrar, la vi.

Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete.

Siete cabezas.

No tenían cabello, tampoco tenían ojos, sus cuencas estaban vacías. Su cuerpo era algo que jamás pude haber imaginado, no había nada en mi cabeza que se asemejara a tal cosa. Delgados, demasiado delgados, casi esqueléticos, pero no tenían anatomía humana. Caminaban a cuatro patas, garras, no tenían dedos, yo solo pude ver garras. Se sostenía de las paredes con ellas, provocando horribles chillidos por el roce con el metal. 

Era como un animal esquelético, pero ni siquiera en la mas horrible de mis pesadillas pudiera llegar a imaginar algo así. Su piel estaba cubierta de un pelaje raso y blanco, rostros pálidos, era completamente albino. 

No tuve mas tiempo para analizar.

Se precipitó hacia nosotros, no había atinado en que Jin y Yoongi ya habían comenzado a disparar. Esa cosa se movía saltaba entre las pareces, descendía por  la compuerta encajando sus garras en el metal. Ágil, veloz, letal.

Abrí y cerré los ojos con fuerza, pero no tenía tiempo de procesar nada. 

Comienzo a disparar. 

Los estruendos de las balas expulsadas estallan dentro del bunker. Jin a mi lado izquierdo, un paso delante de mí, no ha dejado de disparar, dando algunas veces y otras no. Puedo notar su falta de experiencia y entonces recuerdo que solo es un médico.