XXIV |La fragilidad de un corazón|

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—¡¿Qué le hiciste?! —Jimin clavó la mirada sobre Jin, sus ojos resplandecían en un rojo intenso que desprendía cuchillas filosas.

Taehyung yacía en el suelo inconsciente, Jimin a su lado, su cuerpo mantenía una posición de alerta, listo para atacar a Jin si este hacia cualquier movimiento extraño, no confiaba en él en absoluto y si había seguido a Jungkook hasta ahí era porque era su única opción medianamente viable, sin embargo, ahora ya no estaba seguro, no cuando su amigo estaba en el piso inconsciente.

—Jimin, —lo llamó el humano— tranquilo todo está bien él...

—Jungkook cállate —Jin lo interrumpió, tenía los ojos sobre el muchacho hibrido, lo estaba estudiando— eres más lindo de lo que recordaba.

Jimin solo le gruñó.

—Tranquilo rojito, solo le inyecté un tranquilizante, deberías agradecerme —alardeó—, de no ser por mi tu querido Jungkookie hubiera muerto en manos de tu amigo.

Jimin podría considerarse a sí mismo como un chico con una enorme paciencia, también comprensivo, sin embargo, cuando ese hombre le dio la espalda para acercarse a Jungkook su cuerpo actuó por si solo, dejando salir un gruñido desde lo mas profundo de su garganta.

Le arrojó una de sus zapatillas.

El objeto impactó en la nuca del médico provocando un horrible sonido, Jimin había usado demasiada fuerza.

Jungkook abrió los ojos con sorpresa.

—Aléjate. De. Él.

Su voz salió filosa y segura. Jin soltó una carcajada y después se inclinó a recoger la zapatilla.

—Cariño creo que Jungkook puede perfectamente defenderse solo —inspeccionó el objetó— esto da pena, necesitas un par nuevos.

Lo arrojó con desprecio a la nieve.

Jungkook se dio cuenta de cómo el rostro de Jimin de pronto decayó, el chico no dijo nada.

Jin era un verdadero hijo de puta.

—Vamos ayuda a tu querida bestia y vámonos, estamos expuestos aquí afuera y...

Ignoró al hombre y se precipitó hasta donde Jimin permanecía con Taehyung sobre el suelo.

—No le tomes importancia a sus palabras Jimin, es un imbécil, —trato de sonreírle— desgraciadamente es el único que nos puede ayudar ahora, vamos te conseguiré un par de zapatos nuevos.

Jimin se mordió el labio para evitar que las lágrimas lo traicionaran. Había cosas que aun le dolían, la gente del bosque no tuvo tanta suerte como los de la región hielo, ellos no podían salir a cualquier parte, eran simples, y Jimin no resultaba en una excepción, no le importaba, era sencillo, conseguía lo que podía, vivía como podía. Quizás no fue consciente de lo miserable que lucía hasta que se lo restregaron en la cara.

Eso lo avergonzó.

Jungkook no podía concentrarse, cargó a Taehyung en su espalda confiando en que el pelirrojo no despertaría, Jimin caminaba detrás de él en silencio, Seokjin avanzaba un par de metros por delante, el bunker ya era visible a lo lejos.

Estaban en un punto de no retorno, las cosas se pondrían más complicadas de aquí en adelante, pero Jungkook simplemente no se enfocaba, y tener al pequeño rubio caminando con solo una de sus zapatillas le rompía el corazón.

Escuchando el octavo suspiro a sus espaldas finalmente se detuvo.

—Es suficiente.

Jimin lo miró extrañado.

—Emm ¿Por qué te detienes?

Jungkook se acercó.

—¡Jin! —lo llamó, el medico de giró— ¡lleva a Taehyung!

—¿Eh? ¿Por qué yo? No es mi problema, te dije que solo necesitaba al hibrido, este chico es inútil.

El humano ignoró sus palabras.

—¡Solo hazlo maldición!

Jungkook no estaba del mejor humor. Jin bufó, pero aun así tomó el cuerpo del chico y lo cargó en su hombro.

Jimin tenía los ojos clavados en el suelo, su pie descalzo dolía por el frío y su ropa ligera no lo protegía del clima gélido en el que se encontraban. Estaba temblando, pero se esforzaba por aparentar serenidad.

Entonces una cálida tela lo abrazó.

Jungkook había colocado sobre sus delegados hombros una chaqueta, una de las que usaba antes, la prenda era cálida y olía a pino y bosque. Aun así, Jimin intentó quitársela.

—No tienes que hacer eso, estoy bien, soy resistente a frío.

—Jimin —lo detuvo y puso una vez mas la prenda, esta vez dejando sus manos sobre los hombros del rubio— No tienes que fingir o hacerte el fuerte frente a mí, yo sé que eres fuerte, pero eso no quita el hecho de que siempre voy a preocuparme por ti.

Abrochó la chaqueta, Jimin solo quería llorar, sus ojos brillantes hicieron estragos en el débil corazón del humano.

Jungkook cargó a Jimin en brazos hasta el bunker, con el corazón latiéndole frenético, el pequeño cuerpo del rubio estaba frío, y el pecho del castaño se apachurró como una frágil hoja de papel.

Siempre voy a cuidar de ti, aunque no lo necesites, porque a fin de cuentas aún te amo.

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Este capítulo originalmente lo tenía pensado más largo, esto es más que nada relleno, porque no quería dejarles sin cap, estoy algo ocupada pero espero la próxima semana subir doble actualización.

Besos 💋


Brisa




ÉXODO (Apocalipsis II)- KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora