Apariencias

Ceguera...

La siguiente clase a varios les tocaba libre, tal como al caso de Momo, quien decidió salir del salón pero claramente atrayendo de forma indirecta a su querida presa para reforzar ese sentimiento que pronto florecería a voluntad, voluntad ciega.

Caminó un buen rato por los pasillos, miraba ligeramente hacia atrás, Izuku iba a dos metros detrás de ella.

Al no tener la mirada concentrada chocó con alguien que la hizo caer, su mirada se molestó.

- Oh, Yaoru perdona, no te vi -  dijo aquél chico alto con sonrisa enorme

- No te preocupes, estoy bien -

- Por esa mirada, seguro que me hubieras soltado un golpe si no te hubieras fijado -   rió

- Sí, sin duda -  se levantó con su ayuda

- ¿Por qué ibas tan distraída? -

- No es nada -  desvió su mirada

- Oh, es un chico... -   dijo con picaría, ruborizando el rostro de la chica

Por su parte no dijo nada, solo se quedó callada.

- Entonces sí lo es, me alegra que conozcas lo que es sentir mariposas en el estómago -  rió

- Ya déjame -  exigió sonriendo nerviosa

Izuku se acercó, nervioso y con su rostro rojo.

- Momo... -  la llamó, ambos voltearon a verlo  - ¿Podemos...hablar? -  preguntó

- Oh, así que tú eres el novio eh? -

- ¿Qué? - 

Ambos se pusieron aún más rojos.

- Ja ja, es broma -  rió

- Bueno, por qué no te vas, Mirio? Ya lo oíste, quiere hablar conmigo -  pidió

- De acuerdo, pero me pláticas ja ja -  dijo para alejarse, no sin antes darle un ligero golpe al hombro del pecoso

Al estar completamente a solas, se miraron fijamente, algo rogaban con sus miradas.

- Momo... -  sin poder decir lo próximo, tomó al chico del brazo y lo llevó detrás de las escaleras, un lugar oscuro y casi abandonado por toda la academia.

Lo acorraló contra una pared y lo miró con dulzura.

- ¿Qué querías decirme? -  preguntó de la misma manera

- Que si...lo de ayer fue...en...en serio -

- Claro que fue en serio -  respondió 
- ¿No quedó lo suficientemente claro, Izuku? -  preguntó mientras su dedo índice y medio subían por el pecho del chico hasta llegar al cuello de su camisa, poniendo su cuerpo tenso.

- No...es eso, es..sólo que... - 

- ¿Te gusto? -  preguntó repentinamente

- E..Eh? -  su tez enrojeció

- ¿Te gusto? -  preguntó nuevamente

- No sabría decirte -  desvió la mirada

Momo tomó al chico por las solapas y se fue acercando poco a poco hasta lograr rozar sus labios con su cuello, haciendo su comportamiento más dudoso y nervioso.

Su mente apenas y procesaba lo que Momo le hacía mientras se re montaba en ese sentimiento confuso cuando vio a ese tal Mirio tan en confianza con la azabache.

Los roces se convirtieron en pequeños besos que erizaban la piel de Izuku, no sabía cómo reaccionar, ni que decir, ni como hacerla detener.

La chica rodeó el cuello de Midoriya y se dirigió ahora a su boca, dando los mismos besos pequeños.

- ¿Te gusta lo que te hago sentir? -  preguntó a susurros

- Tal...tal...tal vez -  respondió

- ¿Te gusto? -  preguntó de nuevo, acercándose más

- No...No estoy se..seguro, ne...nece..necesitaría co..conocerte mejor -  respondió

- Izuku, cuando sientes algo por alguien no es necesario conocerlo del todo -  trataba de engañarlo, siguió con aquellos gestos de...amor?

- Es que.... -

- Déjate llevar -  susurró a su oído - No hay nada de que preocuparse; Mirio no es nadie para mi -  concluyó

Con eso volvió a besar los labios de Izuku, solo que ésta vez consiguió una respuesta casi inmediata. Siendo correspondida y abrazada por la cintura. Sonrió, ya lo tenía.

La paciencia se le agotaba, necesitaba que Denki fuera más rápido o de plano ella tomaría el control sin esperar nada más. Quería tenerlo consigo de una buena vez.