Seriedad

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El día continuó tranquilo. La compañía de Momo lo hacía sentirse cómodo al recibir siempre una sonrisa de su parte. Sentía una enorme confianza, lo suficiente como para copiarle el gesto.

- ¿No te aburre esta clase? -  susurró a su oído de una manera tan dulce, que hizo sonrojarse.

Izuku negó.

- Explica muy bien -

- Bueno, eso no lo cree la mayoría del salón -  dijo riendo por lo bajo  mientras le señalaba con la mirada a los demás.

La mayoría estaban dormidos o pestañeando con pesar, muy pocos estaban atentos; sonrió.

- Tú te aburres? - 

- A veces, depende de los temas pero...sabes? -  se acercó un poco más a él   - Si prometes sentarte junto a mi todas las clases de historia, me aburriré menos -  tomó su mano por debajo de la mesa.

Izuku volvió a sonrojarse, miró de reojo a Momo, estaba sonriendo y se sorprendió al notar la cercanía.

- ¿Lo prometes? -  preguntó

- A..Ah..., s..sí, e..está bien -  sonrió nervioso

La chica sonrió ampliamente y bajó su cabeza al libro del chico, sin soltar su mano.

- Yaoyorosu, ¿Es necesario que estés tan cerca de tu compañero? -  dijo al notarlo, varios despertaron y prestaron atención.

Momo miró a Izuku, estaba casi rojo por completo.

- Ah, perdone, es que lo que está diciendo es sobre una página del libro, no? Le pregunté si sabía cuál era para que supiera como reforzar los datos -   sonrió con sinceridad

- Ya veo, bueno, me alegra que le ofrezcas ayuda -  dijo y continuó

Momo sonrió mientras la mirada seria y precavida de Shoto se mantenía en ellos. Tenía claro lo que pasaba, sabía que comenzaba a actuar y que ya no se detendría por nada del mundo.

Tenía que hablar con Midoriya de inmediato, advertirle para que no tenga problemas y mucho menos, terribles consecuencias.

La chicharra dio inicio al receso, todos, sin excepciones, despertaron y cerraron sus libretas casi vacías para salir a comer.

- ¿Con quien la vas a pasar? -  preguntó Momo, de nuevo, invadiendo su espacio personal.

- No...No lo sé -

- ¡Oye, Izuku! ~  se acercó Mina junto con otras dos chicas desconocidas para él  - ¿Con quién pasaras el receso? -  preguntó

- No lo sé...yo.. -

- ¡Genial! Entonces vendrás con nosotros -  dijo tomándolo del brazo antes de que terminara de hablar y explicarse

Lo llevaron fuera del aula, Momo suspiró, dejando salir una dulce sonrisa para luego ir tras ellos.

Sin embargo, Shoto volvió a detenerla, la chica rodó los ojos.

- Te advierto que será mejor que te alejes del nuevo, ya sé lo que piensas hacer -  susurró

- Todi...una pregunta -

- ¿Qué? -

- ¿Te afecta? -  preguntó, mirándolo con desprecio

- ... -

- No, tampoco te incumbe, entonces déjame en paz; aprendí de mi error, vale? Seré mas cuidadosa -  la soltó

Momo se dirigió a la puerta.

- En serio? -  preguntó desconfiado

La chica le ofreció una sonrisa sincera pero bastante hipócrita.

- No -  dijo y salió por completo. Alcanzando al grupo de Izuku.

Todos se sentaron en dos mesas que juntaron para que todos cupieran.

- Bueno, y ¿por qué te cambiaste de escuela?  -  Denki comenzó la plática

- Pues, me molestaban mucho, por eso -

- ¿Y eso? Si a leguas se nota que eres un buen chico -  agregó Ochaco

- Pues es que... -

- Seguro era envidia -  río Ashido

- No creo que haya sido eso -  respondió algo avergonzado por lo que tenía pensado decir

- ¿Entonces? -

- ¿Es por tu quirk? ¿Es muy poderoso? Es eso? -  a Ochaco le brillaron los ojos

- No -

- Tienes razón debe ser eso -  de nuevo Denki.

Comenzaron a discutir, Izuku comenzó a incomodarse, sus manos comenzaron a sudar frío y en su rostro se formó un gesto de mal estar. Momo lo notó.

El grupo comenzó a levantar la voz, emocionados al hablar de su nuevo amigo.

- Yo no tengo quirk -  dijo en voz baja

Todos se callaron y lo voltearon a ver. Por alguna razón, el cuerpo de Momo se estremeció al escuchar eso. Su corazón aceleró. Así que era eso lo que le llamaba la atención desde el principio...

- ¿Qué? -   preguntó Aoyama

Todos lo miraron fijamente por un momento.

- Sabía que no era nadie especial en
sí -  Bakugou se alejó después de hablar.

- ¿Es en serio? -  se acercó Uraraka, él solo asintió para después sentirse más abrumado por esas miradas. Se levantó y se alejó lo más rápido posible de ellos.

- ¡Oye, no, espera! -  replicó Mina, sin embargo, no lo detuvo.

El grupo comenzó a hablar de eso, más importante, cómo podían incluirlo del todo a ellos para que no se sintiera excluido.

Con gran sigilo, Momo se fue alejando de ellos para ir en busca de ese chico tan especial. No le costó encontrarlo. Era obvio que se había fascinado con el gran gimnasio.

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